“Ven con nosotros a caminar Santa María, ven. Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad”. Este era parte del cántico que conmovía a la feligresía en su ascenso hacia el cerro donde se ubica el santuario del movimiento de Schoenstatt, en la parte final de la romería antes de llegar al santuario.

Durante una hora y media, aproximadamente, fieles acompañaron a la imagen de la Madres tres veces admirable de Schoenstatt en su procesión masiva que se retomó luego de tres años de pandemia. En esta ocasión, el lema de la peregrinación fue “Con María, como hermanos para sanar el mundo”.

Con recuadros, rosarios y banderines celeste y blanco que se agitaban, católicos de distintas parroquias participaron de la peregrinación que desde las 05:30 recorrió de la iglesia Nuestra Señora de la Alborada hasta el santuario de Schoenstatt, ubicado en el km 4,5 de la av. Juan Tanca Marengo.

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En el paso desde la Alborada hasta el punto final, varios se unieron con oraciones, súplicas, agradecimientos y pedidos especiales. En andas fue llevada la imagen que lució con una decoración de rosas y cintas con los colores tricolores de Ecuador.

La romería concluyó con una misa en el santuario de Schoenstatt. Foto : Francisco Verni Foto: El Universo

Asimismo, otros grupos de fieles llegaron a pie desde Czestochowa, Los Ceibos, entre otros sectores. También hubo quienes por las restricciones de toque de queda asistieron directamente en sus vehículos y buses.

Peregrinación de Schoenstatt se realiza en el norte de Guayaquil.

Posted by El Universo on Saturday, May 13, 2023

Janeth Yazbek, fiel católica de Urdesa, se unió a la procesión cuando circulaba por la avenida Juan Tanca Marengo, ya que por temas de salud no puede tener mayores agitaciones. Antes, ella solía circular a pie desde la iglesia de San Antonio de Padua (Urdesa norte) hasta el templo.

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“Agradecerle a Dios por la vida, que pese a la pandemia fue fuerte. Ahora hago terapia, tuve poscovid con bastante secuelas con problemas cardiacos; pero aquí estoy caminando”, dijo la señora, quien se encontró con su esposo en el santuario.

Por delante del grupo de fieles estuvo acompañando el padre José Manuel Delgado, párroco de Nuestra Señora de la Alborada. Él resaltó el entusiasmo de la feligresía por retomar esta caminata tradicional al modo presencial.

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“Es una alegría para todos como se ve esta respuesta de asistencia. El lema está referido al congreso eucarístico “Con María, como hermanos para sanar el mundo”. La idea es que el amor de Dios es el que es capaz de sanar verdaderamente a la humanidad “, mencionó.

Otra señora, Glenda Serrano, participante de la iglesia San José Obrero de la Balerio Estacio, arribó caminando con otro grupo que llegó desde Los Ceibos.

Ella asistió por primera vez con la devoción para pedir por la paz sobre todo en su sector, donde se suelen dar eventos violentos y otros problemas delictivos.

“Tanta sangre inocente que se derrama día tras día, por eso hacemos esta caminata”, dijo la mujer.

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Al arribo del templo, alrededor de diez mil personas recibieron a la Máter y celebraron una misa que estuvo presidida por monseñor Luis Gerardo Cabrera, arzobispo de Guayaquil. En distintas áreas se ubicaron sillas para los asistentes, quienes en su mayoría usaron indumentarias blancas y portaron banderines de papel de colores celeste y blanco.

En el centro del patio principal de la capilla, se armó una calle de honor para recibir a la imagen de la Virgen y posteriormente se dio la homilía.

En su reflexión, ante los presentes, Cabrera resaltó la reanudación del evento católico de manera presencial y reflexionó sobre el Evangelio del día siendo el don de la vida, el regalo más grande que una madre lo cuide y defienda.

Fieles de diferentes concregaciones participaron en la peregrinación. Foto : Francisco Verni Foto: El Universo

“La presencialidad es irreemplazable, el gozo que hemos experimentado esta mañana justamente es el signo más grande de la presencia del Señor en nuestras vidas”; dijo sobre este evento, que también se replicó por redes sociales.

Él resaltó que este encuentro mariano se puede agradecer por las maravillas que Dios ha hecho en cada una de las vidas de los presentes y las actividades que se hacen por los pobres, los que claman paz y justicia, aquellos que quieren vivir mejor y no como “esclavos”.

Sobre el lema de la peregrinación, el sacerdote dijo que con alegría, paz, amor y perdón se puede reponer y sanar al mundo de los problemas que la aquejan, específicamente de la tristeza, violencia, miedo y venganza.

“Hemos llegado acá para ser cobijados por el amor de Dios, para ser transformados del corazón y para volver a casa, el trabajo, a la calle, a contar con gratitud y alegría todo lo que Dios ha hecho y sigue haciendo en nuestras vidas, como también aquello que hace y siguen haciendo, a través de nosotros, por aquellos que carecen de trabajo, carecen de salud, de educación y seguridad”, reflexionó. (I)