Guayarte: locales con puertas cerradas y poco flujo de usuarios, el escenario gastronómico que fue de más a menos

Guayarte, espacio que se concibió como un proyecto sociocultural por parte de la Municipalidad de Guayaquil en 2018, está lejos de lo que fue en sus inicios.

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En ese año, los diferentes espacios estaban colmados de personas que buscaban tomarse fotografías en los murales que se pintaron del lado de la avenida Carlos Julio Arosemena, en las corpóreas ubicadas al ingreso desde la Kennedy o disfrutar de la oferta gastronómica que se instaló en dos plazas gastronómicas.

Con la pandemia, señalan dependientes de ciertos locales, se mermó la llegada de visitantes y el ambiente de reunión se perdió.

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La reactivación llegó en 2021, pero no se logró recuperar la clientela. De hecho, algunos bajaron sus puertas por el poco flujo de usuarios.

De los 54 locales comerciales que tiene este sitio, solo 21 están activos y el resto permanece en desocupación, indicó Aquiles Alvarez en su primer informe de gestión de los 30 días al frente de la alcaldía.

Además, la plaza como tal ni siquiera tiene permiso del Cuerpo de Bomberos, un requisito necesario para funcionar y los locales deben a la administración $ 266.356,39.

De las dos plazas, la del lado de la avenida Carlos Julio Arosemena, frente a la Universidad Católica, es la que se mantiene más activa.

Eso se visualiza en la visita a los locales que aún permanecen abiertos y que están en el costado izquierdo, si se cruza el peatonal que conecta la Universidad Católica con la plaza Guayarte. Allí también están los que tienen sello de clausura por falta de pago de la tasa de habilitación, entre otras obligaciones.

Hacia la derecha, ingresando por la Carlos Julio Arosemena, unos tres locales de la parte alta atienden; mientras otros espacios en los que se ubicaban restaurantes de asados, comida rápida e incluso un microteatro están vacíos. Son seis espacios cerrados.

Del lado de Urdesa, el panorama es deprimente. Las puertas de diez quioscos están cerradas y el paso hacia la parte alta, que está a pocos metros de uno de los ingresos a la Universidad de Guayaquil, está bloqueado con una valla.

Ese sitio, dijo Melanie Torres -quien era usuaria de este espacio por la cercanía que tenía a Urdesa- era el más visitado por los universitarios.

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“Podíamos cruzar de la Católica, caminar por el zigzag y llegar allí porque había una barra grande y como diez locales de comida rápida”, relató.

Aunque en 2020 y parte de 2021 se mantuvo abierto, Torres dijo que este sitio ya no era el mismo. “Había poca gente y los que veníamos desde la universidad teníamos temor porque se registraron robos al salir y cruzar el zigzag hasta ir a la otra ala que tenía bares”, manifestó.

Según Roberto Marfetán, antes era interesante ir a Guayarte (2019, año prepandemia) porque había actividades culturales y ferias a las que se podía ir con la familia. Además, citó, el óxido ha hecho que el espacio se vea deteriorado y viejo.

Debido al estado de la infraestructura e incluso a cuestiones que tienen que ver con la parte ambiental, la Dirección municipal de Gestión de Riesgos ha sugerido el cierre del lugar.

“Yo recuerdo que venía y siempre había algo, música o una feria o simplemente el ambiente daba para sentirse en un sitio seguro. Yo recuerdo que los domingos había grupos que hacían presentaciones artísticas y uno se quedaba ahí por horas”, afirmó.

De hecho, Alvarez indicó en su informe de gestión que este sitio iba a ser un espacio para artistas y se convirtió en una plaza comercial. Por ello, el alcalde habló de replanificar Guayarte para que sea un escenario que priorice el arte.

“Hay que priorizar para lo que nació, darles espacio a jóvenes artistas que no tienen dónde desarrollar sus actividades y este espacio público es importantísimo para ellos”, sostuvo. (I)