Álex y Mateo, adolescentes de 14 y 12 años, necesitaban renovar sus cédulas para participar en los torneos de fútbol que juegan los fines de semana. Sus documentos estaban deteriorados y uno de ellos había caducado, por lo que su padre, Víctor, se acercó con sus hijos para realizar este trámite, que por diferentes ‘trabas’ se extendió durante más de un mes.