Una mujer arrastró una carretilla con dos cajas para adentrarse en un camino de tierra lleno de desniveles, charcos de agua y con varios ductos de alcantarilla abiertos. Otros, en cambio, estaban cubiertos con tapas improvisadas de madera.

Ese escenario se observó el viernes anterior pasadas las 15:00 en el 2.º paseo 51 B de la Floresta 2, en el sur de Guayaquil, que está en proceso de reconstrucción por el Municipio.

Luego de empujar con fuerza, la mujer esquivó un tramo de agua y siguió su camino por una parte estrecha que permanecía seca, junto a una alcantarilla semicubierta, esa tarde.

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Producto de la intervención, a lo largo de esta peatonal el suelo está tierroso y permanecen expuestas varias mangueras del sistema de agua potable.

Asimismo, se nota el avance parcial de trabajos de reconstrucción en ese barrio, cuyos moradores esperan que se agilicen pues consideran que las tareas se dan con “lentitud”.

En esta época de lluvias, los vecinos tienen complicaciones por la formación de lodo y problemas para ingresar a sus domicilios. Por ello, debido a los trabajos de reconstrucción que se ejecutan en esa peatonal y otras aledañas, piden más celeridad.

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Un morador de la manzana 120, Ramón, mencionó que se dan varios problemas a partir de los trabajos que se iniciaron en los primeros meses del año anterior en la peatonal 2.º paseo 51B y en otros callejones del barrio.

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“La obra indicaron que iba a durar aproximadamente 300 días, se ha avanzado pero a paso lento, trabajan una semana y paralizan cuatro semanas”, relató el morador.

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Varios vecinos expusieron su malestar por la proliferación de malos olores que salen de las cajas de aguas servidas que, en algunos puntos, se encuentran semi o totalmente descubiertas.

Zona permanecía con agua en la Floresta 2, luego de lluvia del jueves 9. Foto: El Universo

“Eso provoca demasiadas complicaciones en el ambiente, sobre todo en las mañanas y tipo ocho a nueve de la noche que imagino ya todos están en sus hogares. Es una cosa que apesta, toca aguantarse hasta que pase”, manifestó Ramón.

El jueves anterior, ese sector quedó anegado por una fuerte lluvia y al llegar a sus hogares, los moradores se expusieron al peligro de caer en uno de los huecos de los ductos o sufrir un accidente con los desniveles o piedras que se encuentren en la peatonal.

“Se inundó y quedan charcos que uno no se puede trasladar hacia la avenida principal para ir a sus trabajos o estudios Aquí, inclusive, la mayoría son adultos mayores y no pueden movilizarse por la peatonal porque todo está destruida. Anoche (el jueves 9) no se podía ver si había hueco o piedras”, refirió Ramón.

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Estos adultos mayores deben recurrir a personas jóvenes para trasladarse sin caer por los desniveles que existen en el terreno tierroso y con piedras.

Asimismo, los moradores tienen problemas de seguridad por el paso libre de personas ajenas a la peatonal, que hasta antes de estas labores tenía rejas de entrada y salida.

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Ahora, según moradores, tan solo en esa peatonal se han registrado al menos tres asaltos a vecinos. En uno de esos casos, una moradora sufrió el robo por parte de un antisocial que le arrebató el celular.

“Cuando comenzaron los trabajos las retiraron (las rejas), ya tenemos prácticamente un año sin protección y pasa por aquí cualquier tipo de gente, nos quitan el celular o cualquier cosa de nuestra pertenencia cuando llegamos a nuestros hogares”, comentó Ramón.

Por ello, él y la adulta mayor Leticia, otra vecina, dijeron que esperan que se terminen los trabajos para instalar nuevamente las rejas que antes limitaban el acceso para que solo accedan los vecinos de la zona, y poder entrar y salir de sus hogares con más tranquilidad.

En el sitio, en días anteriores, se ubicaron canaletas de metal para avanzar en la obra de la peatonal, sin embargo, de una noche al amanecer desaparecieron, denunciaron.

Los moradores presumen que sujetos se sustrajeron esas estructuras.

Ramón y Leticia mencionaron que esperan que se resuelva lo más pronto posible la reconstrucción de esa peatonal, así como otros callejones del sector, a fin de no sufrir accidentes cuando se den lluvias fuertes.

“Antes nos inundábamos pero había calle, uno veía dónde estaba caminando, ahorita hay huecos por todo lado, y piedras; no se puede ni ver y toca ir adivinando”, relató la señora. (I)