Los pasillos de la zona rosa permanecían con escasa presencia de ciudadanos la noche de este viernes, 16 de febrero. El tradicional bar El Colonial estaba con las puertas cerradas, mientras varios bares cercanos tenían una a dos mesas ocupadas en su interior.

Otros establecimientos mantenían sus espacios vacíos totalmente con apenas la música que replicaba en altoparlantes y las luces multicolores en el ambiente. Ese ambiente desolador mantiene en vilo al gremio de esa zona y otras áreas de diversión nocturna.

Luego de más de un mes del vigente estado de excepción con toque de queda, de 00:00 a 05:00, los bares, discotecas y centros nocturnos de Guayaquil conviven con una baja del 60 % a 70 % de sus actividades. Por ello, el gremio pide la flexibilización, sobre todo del horario restrictivo para poder tener mayor concurrencia de usuarios.

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Patricio Pareja, presidente de la Asociación de Centros Nocturnos de Guayas, que agrupa a unos 220 locales, enfatizó que no se oponen a la medida de estado de excepción para tratar el tema de seguridad, que también azotaba al gremio anteriormente, sin embargo, apuntó que el horario de toque de queda de restricción de operación, desde las 23:59 a 05:00, está “matando” a la industria.

“Ya pasamos por la pandemia y nos estábamos tratando de recuperar. Cuando este camino se veía como una ventana espectacular vino esto del estado de excepción y toque de queda”, dijo él, al recorrer varios de los centros nocturnos de la zona rosa para exponer la falta de usuarios.

En nombre del gremio, Pareja pidió a las autoridades que revisen el tema y apuntó que cada establecimiento destina por su propia cuenta la puesta de custodios de seguridad, además de la campaña de Taxi Seguro para brindar movilidad asegurada a los clientes, y cámaras de seguridad a fin de colaborar en las tareas de seguridad de la Policía.

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Pedimos que escuche el clamor de los ciudadanos. Estamos a favor de que se elimine la delincuencia, pero este toque de queda hasta las 00:00 no está matando”, dijo al pedir flexibilizar ese horario por lo menos desde las 02:00, con semáforo amarillo

Patricio Pareja, dirigente de centros nocturnos de Guayas

Actualmente, Pareja dijo que hay inconvenientes para cancelar valores de alquileres de locales, servicios básicos, empleados y las obligaciones de prestaciones de Seguro Social para los colaboradores.

Ernesto Vásquez, vicepresidente del mismo gremio, agregó que una serie de actividades relacionadas con el entretenimiento también se ven perjudicados por el toque de queda, entre esos artistas, comerciantes informales y choferes que brindan servicio a usuarios.

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Dijo que en caso de darse la flexibilización se lo debería aplicar a nivel cantonal y no por zonas, como anteriormente se lo aplicaba, dependiendo del nivel de riesgo de los distritos policiales.

“Es un 20 % del país que se está paralizando, es la vida nocturna, vivimos del día a día, ahorita la gente se está quedando desempleada, más nosotros que nos sumamos como dueños de negocios”, dijo Vásquez, quien tiene un centro de diversión en el suroeste.

Ambiente en centro nocturno de la zona rosa la noche del viernes anterior. Foto: José Beltrán

En la zona rosa, un total de 33 discotecas y bares se mantenían operativos hasta antes de la pandemia, posterior a la emergencia sanitaria sobrevivieron 15 y ahora solo 8 se mantienen abiertos. El resto ha decidido cerrar temporalmente.

Frente a la situación del estado de excepción y toque de queda, Nicolás Vasco, dueño de una discoteca y representante de la Zona Rosa, dijo que ha tenido que disminuir los días de atención desde los miércoles y ahora solo lo hace viernes y sábados, y además redujo su plantilla de 16 a 4 colaboradores.

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“Ahora estoy pensando en solo abrir los sábados porque la gente no llegada para nada”, dijo Vasco, al insistir que personal policial se mantiene dando rondas para dar esa percepción de seguridad, pero el horario frena la concurrencia.

María José Salinas, representante de El Colonial, dijo que entre los problemas generados por el toque de queda se complica la salida de su personal hacia sus lugares de residencia, una vez que culminen sus jornadas. Ella decidió cerrar operaciones desde enero anterior hasta que mejore la situación.

Por ahora, ella ha despedido a doce empleados y clama por atención al gremio para poder retomar sus operaciones con ampliación del horario de atención. “No tengo como pagar la luz, el agua, ni nada”, describió.

Para la próxima semana, el grupo de bares, discotecas y centros nocturnos planean una marcha hasta la Gobernación del Guayas para tener la atención de autoridades y poder presentar sus requerimientos. “Ya no resistimos más, estamos quebrando”, coinciden. (I)