A lo largo de la calle Rocafuerte, las luces y música provenientes de los bares y discotecas llaman la atención de los pocos peatones que circulan por la zona.

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Siendo las 19:30 del viernes anterior, la mayoría de sillas y mesas situadas en los exteriores de estos negocios permanecían vacías, mientras los empleados aguardaban y trataban de atraer las visitas entre los ciudadanos que circulaban a pie en la acera y autos que transitaban por la vía.

Ese panorama era similar con la subida de usuarios por las escalinatas del cerro Santa Ana, cuyos bares también tenían pocos clientes esa misma noche, y también a lo largo de la av. Víctor Emilio Estrada en las intersecciones con Las Monjas y av. del Rotarismo, donde se ubican algunos bares. Era una noche de bajo movimiento en este mes de junio, pese a ser cierre de semana laboral.

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Los negocios de diversión nocturna, que agrupan a karaokes, bares y discotecas, han sido de los más golpeados comercial y económicamente en los últimos años por las restricciones de la pandemia de COVID-19, y una vez superada esa etapa de crisis sanitaria, en los recientes meses, con los estados de excepción y temas de seguridad que afectan la llegada de clientes.

Antes de la vigencia del reciente estado de excepción, que se extendió de abril hasta fines de mayo, la actividad de locales de diversión nocturna iba en crecimiento, la gente retomaba la salidas para distraerse y disfrutar en estos espacios.

Para ello, el sector marcaba un trajín comercial del 90 %, pero con la medida de estado de excepción volvió a caer al 50 %, según Patricio Pareja, presidente del gremio de Centros Nocturnos del Guayas.

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“Nos volvió a cerrar los locales, nos volvió a cerrar la llave, no solo son las discotecas y bares son los empleados, bartenders, meseros, artistas , animadores, DJ, ya nos los podíamos contratar porque a las 01:00 cerrábamos”, recordó Pareja.

En este periodo, el gremio local en Guayaquil calcula pérdidas entre 40 a 50 millones de dólares en este tiempo de inestabilidad. En Guayaquil, el gremio agrupa a 117 centros nocturnos (bares y discotecas), aunque se calcula que actualmente operan 240.

Ahora, con la nueva administración municipal y el fin del estado de excepción, representantes del gremio auguran puedan haber una reactivación plena de sus actividades para retomar ese flujo del 100 % de lo acostumbrado, salir de los problemas económicos, y también obtener mayor atención e involucramiento con las autoridades a sus requerimientos, a fin de promover el fortalecimiento del turismo y las actividades comerciales en la urbe.

Ernesto Vásquez, dueño del bar Nikita, ubicado en el suroeste, y además vicepresidente del gremio, recordó que el estado de excepción los puso en “quiebra” por tener apenas un 50 % de movimiento comercial hasta el 31 de mayo pasado en que se mantuvieron operando apenas hasta las 01:00, es decir, cerraban sus locales apenas una hora después de la medianoche.

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En este mes, él contó que ya planteaba varias fórmulas para “enganchar” la llegada de usuarios, como la apuesta de presentaciones artísticas, flyers, regalos de cerveza, menor cobro de entrada en determinados horarios, y otras estrategias.

Mientras tanto con las autoridades, hasta este mes, Vásquez dijo que aún no habían tenido acercamientos para dialogar con algún representante, ni el alcalde Aquiles Alvarez, con el propósito de promover la reactivación del sector. No obstante, él consideró que se debería coordinar a nivel municipal y Gobernación para poder contar con mayor patrullaje para dar tranquilidad a la ciudadanía y que asistan a sus negocios en horario nocturno.

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Para ello, dijo se puede trabajar con la Municipalidad en conjunto para establecer claramente las zonas conocidas por la operación de locales nocturnos, con el fin de destinar recursos, tanto policías, militares y metropolitanos, a esas áreas determinadas de diversión nocturna, como zona rosa, cerro Santa Ana, Portete, calle 38, en el suburbio, Urdesa, Francisco de Orellana, Alborada, entre otras conocidas.

“Necesitamos una ciudad segura que es el tema principal para que la gente no salga a divertirse, y de ahí el resto lo haríamos nosotros. Que los fines de semana haya más presencia de metropolitanos, policías y militares sobre todo en calles concurridas por la gente como zona rosa, cerro Santa Ana, suroeste, centro, Alborada, Francisco de Orellana, Urdesa... queremos que la gente salga, ese es el problema ahorita

Ernesto Vásquez, dueño del bar Nikita y vicepresidente del gremio

Sobre el plan anterior de implementar zonas de “corredores seguros” con las camionetas adquiridas para la Corporación de Seguridad Ciudadana (CSCG), él dijo que eso debería extenderse no solo en áreas específicas de locales de gastronomía y comercios sino también a los bares, discotecas y negocios nocturnos que operan en diversas zonas de la urbe, incluyendo el sur y suroeste.

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En la época de la anterior administración, el dirigente recordó que se insistió en el tema para que haya corredores seguros no solo con patrullajes sino con policías a pie y motorizados.

Además, en ese entonces, presentaron la idea de que se implemente un plan de taxi seguro con censos a choferes o identificación de unidades que están registrados con los negocios. No hubo mayores avances, y ahora, él consideró puede tomárselo en cuenta por la entrante administración.

“Hay un gran problema que a nosotros en las reuniones de seguridad, tomar cualquier algún cambio a nivel de nuestro negocio no nos llaman a los que sabemos, a los que vivimos y estamos al tanto, lo deciden ellos y al rato de la hora no saben nada y no estamos en la mesa para el análisis de los que sabemos”, dijo, al mencionar que las puertas deberían abrirse para compartir sus opiniones en las mesas técnicas que tengan relación con comercios y centros de diversión nocturnos.

La zona Rosa es uno de los sectores donde se ubican bares y discotecas. Foto: José Beltrán

Patricio Pareja, presidente del gremio, mencionó que justamente buscan acercamientos con autoridades para plantear a las nuevas autoridades municipales la promoción de un plan de Farra Segura, con el trabajo conjunto con los propietarios de bares y centros nocturnos.

“No solamente es a través de policías, metropolitanos, justicia y vigilancia sino también con nosotros con mejor iluminación afuera de discotecas, poniendo guardia privado de seguridad, cámaras, chequeando mejor a las personas, eso ayudaría a la unidad, con los taxis que parquean pedirles la cédula y ponerle un sticker”, comentó Pareja.

Además, como gremio esperan que se “sensibilicen” las autoridades municipales para que se agilite el proceso de regularización de todos permisos de los centros nocturnos, ya que desde hace varios años en algunos casos cuentan con la documentación provisional, como la tasa de habilitación, y no tienen documentación actual.

“No queremos que haya esa persecución, los centros nocturnos, queremos una unificación de trabajo”, dijo.

Él dijo que esperan tener apertura con la actual administración, incluyendo la Empresa de Turismo, para ser escuchados y consensuar avances con una ordenanza para esta clase de negocios, trabajar como unidad con las entidades municipales, y mitigar la realización de eventos clandestinos, a través de un censo de los establecimientos nocturnos que cumplen regulaciones.

En todos estos años nunca los centros nocturnos se han reunido con ningún alcalde, nunca pertenecimos a la Empresa Pública de Turismo, jamás un representante nuestro, nosotros somos parte fundamental del turismo en esta ciudad, si no hubiera discotecas, bares, salas de eventos, karaokes, la ciudad estuviera muerta...queremos sentarnos con el alcalde y que nos invite al Salón de la Ciudad, no para discutir sino para organizarnos

Patricio Pareja, presidente de Centros Nocturnos de Guayas

En caso de instalarse una mesa de reactivación económica por parte del Municipio, al igual que Vásquez, Pareja dijo que, además de las asociaciones y cámaras, consideró que debería tomárselos en cuenta para aportar con sus puntos de vista y en las decisiones en pro de la operatividad de los centros nocturnos.

Él agregó que además deberían ser incluidos en las guías turísticas, puesto que visitantes además de recorrer sitios emblemáticos, como cerro Santa Ana y malecón Simón Bolívar, buscan zonas de discotecas y bares para seguir disfrutando de la vida citadina en las noches.

Manuel Vélez, dueño de la Taberna en el cerro Santa Ana, también coincidió con Pareja en que se regularicen los permisos municipales para poder trabajar con mayor tranquilidad en sus labores y no tener operativos sorpresa de clausura que puedan afectar los planes de trabajo del gremio, principalmente a vísperas de feriados.

“Debemos tener el sitio como bar o restobar, como le quieran llamar pero formalizados. Pedimos cosas prácticas, ordenamiento y no desorden”, dijo y agregó que regularmente se observa la presencia de policías y guardias privados que dan vueltas a las escalinatas y se dio la reciente instalación de varias cámaras de seguridad.

Pese a eso, en la zona que congrega a 34 establecimientos entre bares, peñas y salsotecas, él contó que debería aumentarse el número de elementos policiales por la alta demanda de visitantes que llegan sobre todo los fines de semana y además dijo que un problema recurrente se da por la presencia de ‘enganchadores’ que incomodan a los visitantes.

Para él, además las autoridades del orden, como Policía, debería volver a incursionar de civil para capturar de manera sorpresa a los antisociales.

A fin de motivar la llegada de visitantes y el disfrute de este espacio tradicional de la urbe, él dijo que esperan que la Municipalidad también promueva e impulse la incursión de artistas y demostraciones de arte en distintos puntos de la las escalinatas del cerro Santa Ana. (I)