Existe un hecho que marcó su existencia: en 1985, a los 35 años de edad, Miguicho (como lo llaman sus amigos) era el capitán de un barco pesquero que debido a un daño en el motor quedó a la deriva al norte de las islas Galápagos, cerca de la isla Pinta. Él, como líder de una tripulación de seis hombres, tomó la decisión de elaborar velas con la ropa que tenían y así llegaron a Puerto Quepos (Costa Rica) después de 77 días de sobrevivir en altamar comiendo lo que pescaban y bebiendo agua de lluvia.