La artista Manuela Ribadeneira nació en Quito, en 1966, e inició su carrera artística a finales de los 90. Por más de veinte años, Ribadeneira, que vive entre Londres y Quito, ha documentado a través de sus obras la realidad del país ante los acontecimientos políticos locales y de la región, entre ellos los atentados a la libertad de expresión y los abusos cometidos por la revolución ciudadana desde sus inicios en el año 2007. No toda su obra es política, paralelamente ha logrado representar asunciones del imaginario colectivo ecuatoriano sobre su identidad.

Su práctica la ha llevado a producir decenas de obras, de las cuales cuarenta se pueden apreciar en cuatro pabellones del Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC) en la exposición retrospectiva Objetos de duda y de certeza, 2000-2019. Rodolfo Kronfle Chambers, curador de la exposición, ha logrado establecer diálogos entre obras de distintas épocas, los cuales no han perdido vigencia.

El CAC se caracteriza por una museografía y una museología impecables, asimismo, por priorizar la producción de material suplementario. El catálogo es indispensable para la navegación en esta exposición; la identificación de las obras ha sido reducida a una simple numeración, con el fin de evitar la contaminación visual y promover la participación del público.

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En el primer pabellón, Hago mío este territorio, se evidencia una atención integral en torno al concepto de movilidad de los límites territoriales. Las obras Tiwintza mon amour escala 1:1000, 2005, y Fortalezas (De la serie amigos o enemigos), 2016, denotan movilidad física al reposar sobre ruedas.

El concepto de movilidad invade el segundo pabellón, Sobre la dirección en la que sopla el viento, esta vez advertido en las obras Amigos o enemigos, 2018, compuesta por unas cajas de madera con mecanismos de cuerda (que deberían ser activados por el público, pero la acción me fue prohibida), y la instalación homónima Al pabellón, producida en 2009, compuesta por plumas y veletas.

En este pabellón Ribadeneira entreteje los hechos históricos de la Revolución francesa con los hechos más recientes de la revolución ciudadana. No es una comparación superficial, sino más bien, el producto de una investigación que ahonda en la estética, el discurso y el sentimiento de dos épocas.

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En el tercer pabellón, El arte de navegar, destaco la audacia en la intervención del espacio, evidente en Temblores armónicos IV: a menudo una advertencia, 2018 (versión 2019), afectando las paredes del CAC. La instalación Ciudad colapsable, 2019, de alucobond, argollas de llaveros y cajas, es suspendida del tumbado e invita a sumergirse en el espacio.

El cambio está a la vuelta de la esquina, 2019, es una instalación de gran dimensión, parte del cuarto pabellón, Objetos de duda y de certeza, que al mismo tiempo es una versión amplificada de Change is around the corner, 2009. Con esta acción, Ribadeneira demuestra que ha sabido prescindir de una de las mayores limitantes en el proceso creativo de todo artista, el paradigma de que el artista debe crear con sus propias manos.

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A lo largo de su carrera Ribadeneira ha ampliado la gama de materiales que utiliza y ha extendido sus posibilidades. Asimismo, ha logrado contrarrestar los estereotipos de género correspondiente a los materiales que históricamente se han asociado con mujeres: cerámica, fibras o textiles; sin dejar de utilizarlos en sus obras. El resultado es un arte contemporáneo puro en forma, con atención al concepto, y producto de una investigación profunda.

Sería un importante acierto el que esta exposición visite también la ciudad de Guayaquil. Por años hubo silencio no solo entre gestores y académicos, sino entre artistas; la acogida ante esta exposición en el CAC demuestra que en Ecuador estamos listos para retomar el diálogo político en el arte sin miedo. (O)