Lo conocí hace algunos años, especialmente porque había leído su novela El libro flotante de Caytran Dölphin, que ocupó mi mente durante mucho tiempo, porque pocas veces había leído un autor guayaquileño con visiones tan peculiares, internacionalistas y... premonitorias. Leonardo Valencia ya se encontraba en Barcelona, donde su novela había captado un interés especial.

Hubo otros libros de Valencia, pero Kazbek tuvo la tremenda sorpresa de novelizar la obra de otro personaje que admiro aquí: Peter Mussfeldt. Leonardo ahora reside en Quito y la periodista Diana J. León lo ha entrevistado por su trabajo en la Universidad Andina, entidad que lo ha “importado” desde su adorada Barcelona para coordinar una maestría en literatura con algunos profesores de renombre nacional y extranjeros. Y junto a eso, aprovechar para conversar sobre La escalera de Bramante, su última novela, publicada el año pasado.