Pierre Teilhard de Chardin SJ (1 de mayo de 1881-10 de abril de 1955) fue un filósofo francés y sacerdote jesuita, paleontólogo y geólogo. Un infarto fue la causa de su muerte, pero sus ideas siguen vivas en el corazón de muchos hombres y mujeres que buscan una coherencia entre una visión racional y científica del mundo y unas profundas creencias religiosas. De Chardin fue capaz de unificar tres profesiones que vivió con intensidad: la de geólogo, la de filósofo y la de místico. En el fondo, supo integrar todo esto en la espiritualidad que brota de Ignacio de Loyola. Son algunas de sus palabras que destaco en mi columna: