La presencia física de Sean Connery se mantiene en las pantallas del mundo, especialmente en todas sus apariciones de James Bond, donde la opinión global –incluida la de sus otros colegas que lo interpretaron– es la de que “nunca habrá otro Bond como el”. Y para el público esa memoria no puede desligarse de los electrizantes acordes musicales que junto a los créditos iniciales uno era disparado en el target de un revólver a la silueta del agente 007 que inmediatamente nos encañonaba.