Estimados lectores, la presencia de la ansiedad cotidiana y elevada nos lleva a tener procesos de depresión o tristeza. De hecho, los profesionales de la salud mental suelen llevar una gran carga emocional y, cuando atraviesan momentos difíciles, puede ser aún más complejo porque sienten que “deberían” poder manejarlo solos. La realidad es que todos somos humanos, y pedir ayuda o darnos espacio para procesar nuestras emociones es esencial.

Es de gran importancia evaluar el estado emocional con autocompasión. Las preguntas que nos hacemos nos lleva a cuestionarnos si esta tristeza es transitoria:

- ¿Sientes que te cuesta disfrutar las cosas incluso cuando estás acompañada?

- ¿Tu energía y motivación han disminuido de manera constante?

¿Has perdido el interés en actividades que antes disfrutabas?

Reafirmar tus sueños o propósitos pueden servir para llenar ese espacio emocional, emprender algo nuevo, retomar actividades que te hagan sentir útiles y funcionales.

Recomendaría tener un diario para identificar patrones en el estado de ánimo y procesar mejor lo que sientes, la escritura terapéutica es de gran ayuda, antes de que la tristeza te abrume procura preguntarte: ¿cómo te sientes en este momento?, ¿qué necesitas para estar mejor?

Buscar cambiar la narrativa. En vez de decir “estoy sola/o otra vez” puedo optar por decir “tengo este tiempo para mí”.

Las pequeñas metas diarias ayudan a pensar que tu día tiene sentido, sal a caminar, prepara una comida especial, busca tus libros favoritos, ten un espacio en tu casa, donde puedas descansar y crear, expresa tus emociones sin juzgar.

No nos olvidemos de la visualización y gratitud, antes de dormir piensa en tres cosas buenas del día, esto ayuda a entrenar la mente para enfocarse en lo positivo. (O)