Para Anthony Lencina, las redes sociales fueron la segunda oportunidad que le dio la vida para hacer las cosas bien. ¡Y le va muy bien!

Lejos de un pasado donde admite que no tenía ‘buena junta’ y que casi le cuesta la vida, el empresario y creador audiovisual de 31 años, más conocido como Anthonny Swagg, ha construido un nombre en el ciberespacio y diversas plataformas, donde conquista a millones de seguidores con su humor.

Esa popularidad lo llevó a ser uno de los invitados del prestigioso programa MasterChef Celebrity Ecuador. Aunque él mismo no se considera famoso.

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“Famosos los de Hollywood”, afirmó en una entrevista a este Diario, agendada en medio de su ajustado itinerario. “Yo no soy famoso, yo soy una figura pública o una persona reconocida en mi país y en otros países, pero famoso es Justin Bieber”.

En estos días, él disfruta del hogar que ha formando junto a Leonela ‘Leito’ Granda y su hija, Amira, quien el pasado 18 de abril cumplió su primer año.

¿Cómo construiste tu presencia en redes sociales?

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Me ha costado mucho sacrificio, aunque la gente no lo piense así. Muchos creen que hacer contenido en Internet es muy fácil, pero es difícil y mucho más difícil es mantenerse por diez años. Por eso hay personas que hacen contenido, se hacen virales y después no vuelves a escuchar de ellos y es porque no saben construir su nombre. Pero en mi caso, el sacrificio tuvo su recompensa.

¿Sientes que encontraste alguna fórmula para hacer reír?

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Yo siempre he sido de hacer lo que se me ocurra en el momento y siempre he tratado de adaptarme. Cuando yo comencé, estaba solo y no tenía con quién grabar, y yo hacía mis personajes. Cuando tuve a mi primera pareja, comencé a grabar contenido de pareja, y cuando terminamos, grabé contenido sobre haber terminado con alguien, y ahora que tengo a mi bebé, subo contenido de papá… Así que no tengo solo una línea, sino que me adapto y creo que eso es lo que aún me mantiene visible en redes sociales, porque le saco provecho a cualquier situación y la exploto de la mejor manera. Si me hubiera quedado con los videos que hacía hace diez años, no tendría el alcance que tengo hoy.

Producción: Stephanie Gómez Cantos. IG: @prensadeestiloec. Locación: Hotel: IBIS Styles El Malecón Guayaquil, restaurante El Ancla. www.ibisstylesgye.com, IG: ibis.styles.guayaquil. Foto: Francisco Verni Peralta

¿Y fuera de cámaras eres igual de gracioso?

Siempre que voy a algún lugar no hago estupideces, pero sí me gusta ser el más visible de todos. Me gusta que la gente se dé cuenta de mi presencia, de que yo estoy allí. Entonces, creo que eso me ha hecho explotar quién soy en redes, porque siempre quiero que la gente me vea. Pero no me invento un personaje ni nada, simplemente soy yo y siempre he sido así de extrovertido y payaso en el buen sentido, desde chiquito en las fiestas yo era el que salía a bailar cuando nadie quería bailar. Todavía lo hago.

Con MasterChef Celebrity todo el Ecuador te vio y también sabemos que le hiciste una promesa a Carolina Sánchez, ¿cómo vas con eso?

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Ya llevo dos meses estudiando en la Escuela Culinaria de las Américas, allí también está estudiando Nikki Mackliff y bueno, la carrera dura 16 meses en total. Para mí ha sido un poco fácil porque ya vengo con la experiencia de MasterChef, aprendí mucho allá (...). Me inclino más por los platos de sal y fusiones, etcétera. Soy amante de la comida de nuestro país, aunque muchos dirán que Perú tiene la mejor gastronomía, considero que Ecuador destaca en Sudamérica con sus platos y se puede explotar muchísimo más.

¿Y ya te inclinabas desde antes por la cocina?

Para mí la cocina es un arte, emplatar es un arte, y como siempre he estado conectado con el lado artístico, siempre he tenido ese gran amor por la cocina. Cuando estoy en mi casa, me gusta pasar en la cocina, preparar algo y que la gente lo disfrute. Entonces, ya venía yo con ese enfoque de querer hacer algo con la cocina y lo que hizo el programa fue reconfirmarlo.

¿Ser padre te hizo más hogareño? ¿Cómo te cambió?

Para mí fue un poquito difícil, porque siendo sincero yo venía de un estilo de vida en el cual yo no tenía responsabilidades tan grandes, porque tener un bebé es una responsabilidad enorme, es una vida que tienes en tus manos. Mi responsabilidad más grande era ver qué ropa me iba a poner mañana para salir o para un show, así que sí me chocó un poquito al comienzo.

Pero sí te visualizabas como papá…

Yo siempre dije que quiero ser papá, pero no sabía cómo me iba a sentir en el momento en que me enterara y, obviamente, estaba feliz, pero después pensé en que la bebé se puede enfermar, dónde va a nacer, tengo que tener una casa para darle o cuando vaya a estudiar. Y definitivamente, cambiar mi estilo de vida, porque a mí me llamaban ahorita y me decían ‘vamos a la playa’ y mi respuesta era ‘ok, me arreglo, pásame viendo’. Hubo muchas cosas que tuve que cambiar radicalmente, pero que también me han servido mucho, me han hecho mucho bien, en cuestión de salud, de madurez.

¿Cómo describirías a Amira?

Es un angelito, tiene un carisma increíble. Obviamente cuando quiere llorar, llora, como cualquier bebé, pero no es fastidiosa. Creo que, como yo, va a tener la misma pasión por las cosas que haga. Si le pongo un teléfono enfrente comienza a tirar besos, a reírse, y es muy extrovertida, muy sociable. A cualquier lado que va dice hola con la manito y cuando se va dice gracias. Tiene un ángel, es una niña muy dulce y carismática.

¿Qué enseñanzas o herramientas quisieras dejarle para su futuro?

Que las cosas se ganan, que hay que trabajar para obtener cada cosa que quieres en la vida y que crezca para ser una persona sencilla, una niña humilde. La mejor herramienta que puedo dejarle es que sepa cómo trabajar y ganarse sus cosas. Y, al mismo tiempo, que conozca la realidad y que no viva en una burbuja, que comparta lo que tiene con quien lo necesite.

¿Te gustaría tener más hijos?

Bueno, no solo depende de mí. Depende también de la mamá. Y sí lo hemos pensado, porque un segundo bebé sí lo planificaríamos para estar preparados. Yo no quiero tener solo un hijo, como mínimo quiero tener la parejita.

¿Has tenido ganas de irte de las redes sociales?

Sí, pero luego pienso ¿para qué me voy a retirar?, si este es mi trabajo, este es mi mundo, no me puedo retirar. Si yo me retiro ahorita, yo sé que a las dos o tres semanas tendré una idea de un contenido y voy a querer subirlo y me voy a desesperar y me voy a sentir mal. Entonces, voy a seguir trabajando, pero sí he querido en dos ocasiones irme de redes sociales.

¿Y nunca has tenido que recurrir a un escándalo para ganar seguidores?

No me gustan las páginas de farándula. No siento que sea un reconocimiento que me guste y es algo efímero. Las personas que se hacen famosas por hacer show tienen que hacerlo toda su vida, porque si haces un show este mes y el otro no, nadie te va a ver. Y hay personas que se dedican a eso y han creado su fama a base de show, pero luego nadie se acuerda de ellos, así que no es una táctica que yo use.

Y tampoco son el tipo de historias que querrás que tu hija lea sobre ti cuando crezca.

Cuando mi hija tenga raciocinio, yo le voy a contar todo sobre mi vida y lo que ha pasado, para que cada vez que vea algo en redes sociales, ella no se sorprenda. No voy a ser el papá que pretende haber sido un hombre perfecto. No, le voy a contar todo.

¿Y qué me dices sobre incursionar en la política?

Ya me llamaron hace un par de años, siempre te llegan las propuestas. Tuve propuestas de la Prefectura, tuve propuestas de la Alcaldía, etcétera, para ciertos cantones para ciertos puestos (...). Pero yo prefiero no trabajar en política absolutamente nada y las propuestas que me han hecho han sido con sueldos con el que puedes estar tranquilo, pero no, no me interesa en realidad. Además, las personas van a decir que soy un influencer que cree que ya sabe de política y sería algo dañino para mi reputación, para mi familia, para mi carrera.