El mejor consejo que puede dejarle a su sucesora es que sea siempre ella misma. Esa autenticidad, afirma la Miss Ecuador 2021, Susy Sacoto Mendoza, le permitirá llevar con una actitud siempre radiante la corona que cambiará de manos este sábado, 3 de septiembre, cuando la Miss Ecuador 2022 sea elegida en el evento que se realizará en Quevedo (provincia de Los Ríos).

“La clave es reflejar todo lo que conlleva ser Miss Ecuador, pero sin perder nunca la esencia”, afirmó Sacoto en una conversación reciente con este Diario. “Porque, cuando se intenta encajar en cierto estereotipo, se nota en la forma de hablar o de desenvolverse. Entonces, mi recomendación a las candidatas es que se conozcan y se acepten primero”.

Ese autodescubrimiento y confianza personal fueron además los pilares de Susy durante un reinado en el que recibió el generoso apoyo de sus miles de seguidores, pero también críticas. “Y fueron momentos que las personas no lograron ver, porque nunca lo di a demostrar”, admitió.

Publicidad

Con una renovada fortaleza se refiere, por ejemplo, a la exigencia física por moldear su figura para adaptarla al estándar de una competencia internacional. “Soy manaba, y es bien conocido que las manabas tienen un cuerpo bastante curvilíneo”, comentó. “Además de que cada cuerpo es diferente y, en mi caso y por genética, tiendo mucho a ganar masa muscular con facilidad, y evidentemente eso es algo que va en contra del estereotipo de miss que estamos acostumbrados a ver. Y me tocó someterme a dietas muy estrictas y regímenes de entrenamiento bastante fuertes, y llegué a un punto de declive donde me descompensaba, y eso para mí fue un verdadero desafío, pues sentía que no estaba teniendo una dieta balanceada”, relató la joven, de 24 años.

Foto: Francisco Verni Peralta

En cada paso, el apoyo de su familia resultó esencial y se ha convertido en uno de sus mejores recuerdos de este último año, pues su residencia se transformó en una especie de centro de operaciones en donde cada integrante sumaba al éxito de Susy. “Vi cómo toda mi familia se unió”, recuerda. “El departamento entero estaba repleto de outfits y de accesorios, y mi papá se tuvo que acostumbrar a ver eso todos los días, y también los chicos que trabajan para nosotros”, dice riendo. “De ese correcorre tengo varias pequeñas anécdotas, pero fue lo máximo, porque todos formaron parte de este reinado y también se contagiaron de ese entusiasmo”.

Pese a la presión, Susy decidió concentrarse en cultivar una buena actitud, otro aspecto que considera fundamental para llevar la corona y que también, según percibió durante su participación en el Miss Universo, es el talón de Aquiles para varias competidoras. “Verse bien es solo el 30 % de todo lo que significa ser una representante nacional”, explica. “Hay que estar dispuesta a seguir sonriendo a pesar del cansancio o la fatiga, y siempre encontrar una motivación personal para seguir, porque hay chicas que, por ejemplo, no están acostumbradas a un itinerario, a viajar de un lado a otro, y les choca mucho el tener que madrugar para arreglarse o el ir de aquí para allá, y eso se termina reflejando en su rostro y en su personalidad”.

Publicidad

Y entonces confiesa un gran secreto para los televidentes: “Muchas veces sucede que la favorita no clasifica, y todos se sorprenden sobre por qué una mujer tan bella por fuera no llega a estar en el top. Es algo que sucede muchísimo y es algo que muchas personas no entienden: que la competencia no es de una noche o una semana, sino que empieza desde el día en que la candidata se acerca a la organización y se inscribe”.

Descomplicada y decidida a ayudar

Seguidora de los certámenes de belleza desde niña, su atracción por las pasarelas y los vestidos de gala no le impidió a Susy obtener también su título como abogada e, incluso, cursar los primeros meses de Medicina en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo, justo antes de inscribirse en el certamen nacional.

Publicidad

Estaba fascinada por esa imagen de una mujer empoderada y no solamente hermosa, capaz de inspirar a las demás niñas y jóvenes a sembrar también su granito de arena en el mundo a través de la obra social”, relata. “Siempre supe que iba mucho más allá de una belleza física”.

Por eso, hoy se muestra orgullosa de los resultados de la campaña “Ventana a la vida”, sobre prevención de la ceguera, que logró impulsar de la mano de la Clínica de Ojos del Dr. Sacoto Navia y la organización del Miss Ecuador, la que, gracias a su red de contactos, le permitió trabajar con otras instituciones, como la Cruz Roja y el Club de Leones. Así, en un año, las brigadas médicas, que se movilizaron también a Quevedo, Manglaralto y Portoviejo, ofrecieron un total de 463 consultas y realizaron 40 cirugías de cataratas, 16 de pterigion, además de otros exámenes complementarios para sus pacientes. La ayuda a través de la clínica, afirma Susy, continuará tras la finalización de su reinado.

Aunque considera un honor el haber portado la corona en representación de todo un país, tras entregarla, Susy volverá a la faceta juvenil, alegre y descomplicada que siempre la ha caracterizado. “No me agrada mucho que me vean como alguien diferente por tener un título como este”, dice. “Más bien siempre he tratado de que hagan eso a un lado y no se olviden de que sigo siendo la misma”.

Este año también decidió retomar sus clases de piano, pues la música siempre ha sido su refugio personal. “Soy fan de Chopin, del romanticismo, para ser más precisa. También escucho música de piano moderna, pero soy más clásica”, explica. “La música es una forma de navegar entre las emociones, tanto buenas y malas, y atravesar los momentos de estrés”.

Publicidad