El paisaje de la Antártida que rodea la estación científica ecuatoriana Pedro Vicente Maldonado (Pevima) ha cambiado, indiscutiblemente, entre las primeras expediciones científicas que se realizaron a finales de la década del 80 y la última (vigésima sexta) que empezó en noviembre de 2022 y terminó en abril de 2023. Los glaciares han retrocedido.

De hecho, los científicos y personal del Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar) que llegaron a la última misión demoraron menos de una hora en atravesar el camino que lleva a la base cuando en décadas pasadas esto tardaba horas debido a la cantidad de hielo. Así lo afirma el capitán de fragata Bernardo Gordon, quien fue jefe de la 26.ª expedición.

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La estación a la fecha que fuimos en anteriores ocasiones estaba cubierta de nieve y el ingreso demoraba horas, ahora no demoramos mucho y esto es porque gran parte del hielo se ha derretido. Prácticamente no hubo hielo alrededor de la estación”, dice.

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Esta última misión, que al igual que las otras se realizó en el verano austral, acumuló un tiempo de permanencia en la estación Pevima de 102 días y participaron 44 expedicionarios, entre personal militar, servidores públicos y científicos nacionales y extranjeros.

Dentro de las principales tareas logísticas contempló la reconstrucción del módulo II de habitabilidad y servicios (donde se ubican la cocina, el comedor y varios camarotes), infraestructura construida durante la séptima expedición efectuada entre diciembre de 1997 y febrero de 1998, indica Gordon. El material utilizado garantiza el aislamiento térmico requerido y cumple con normas ambientales.

Personal técnico tomó muestras de la Antártida para estudios científicos. Foto: Cortesía Inocar

Además, en esta expedición se realizó la instalación de equipamiento en la sala de mando y control; sistemas de identificación automática (AIS), cámaras de videovigilancia, estaciones meteorológicas automáticas y sistemas de comunicaciones, lo que permitirá evaluar situaciones, tomar decisiones y dirigir acciones relacionadas con las diferentes actividades que se realizan en el clima y ambiente hostil propio de la Antártida.

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En tanto, las actividades científicas se ejecutaron en dos etapas, con un total de 17 proyectos de investigación y 2 de difusión, los que fueron seleccionados a través de un proceso abierto de convocatoria. Varios de estos proyectos están estudiando, precisamente, las secuelas del cambio climático en esta zona polar.

En la estación Pevima se desarrollaron diez proyectos de investigación científica y dos proyectos de difusión, mientras que, gracias al espíritu de cooperación científica que promueve el Tratado Antártico, y cuya gestión fue realizada por el Inocar, se ejecutaron siete proyectos nacionales en estaciones antárticas de otros países como Brasil, Turquía, Chile, Argentina y Uruguay. Por su parte, Pevima recibió dos proyectos científicos del Programa Antártico Brasileño.

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La teniente de Fragata Mildred Barzola, quien fue jefa científica en la expedición, indica que los ejes de investigación se alinean a los ecosistemas y servicios ecosistémicos de la Antártida, telecomunicaciones, teleconexión entre Ecuador y Antártida, dimensiones humanas y seguridad marítima.

Al eje que mayor importancia se le está dando por parte de los investigadores es el de tendencias y escenarios derivados del cambio climático. Además, el Comité Científico para la Investigación en la Antártida también está dando prioridad a este tema por las afectaciones que está generando”, afirma.

Añade que la afectación del cambio climático es “evidente” a través del derretimiento de los glaciares y que las investigaciones que se realizan en la estación científica ecuatoriana ayudarán a determinar qué acciones tomar para mitigarlo.

El módulo II de la estación Pedro Vicente Maldonado fue remodelado por personal del Inocar. Foto: Cortesía

También será importante el intercambio de información que se realice con otras instituciones científicas extranjeras que por lo general monitorean de forma constante todo lo que ofrece la Antártida.

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Las expediciones ecuatorianas a la Antártida contemplan tres programas: logístico, técnico-científico y ambiental; y, el de difusión-arte y cultura. La última misión contó, adicional al esfuerzo logístico realizado por la Armada del Ecuador y el Ministerio de Defensa, con el apoyo de la Armada de Chile, Marina de Guerra del Perú, Marina de Brasil y el Programa Antártico Español. (I)