Pequeños dinosaurios omnívoros o insectivoros pueden haber batido sus alas emplumadas para asustar a sus presas y sacarlas de sus escondites, revela un estudio publicado en Scientific Reports.

Aunque se han descubierto restos de numerosas especies de dinosaurios emplumados, hasta ahora sólo se han descubierto miembros de un grupo de dinosaurios conocido como Pennaraptora con plumas pennáceas, el tipo de plumas necesarias para volar.

Los fósiles muestran que estos se desarrollaron primero en pequeñas alas primitivas o protoalas que no eran lo suficientemente fuertes para volar y cuyas funciones se desconocen actualmente, detalla Europa Press.

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Jinseok Park, Hyungpil Moon, Yuong-Nam Lee, Sang-im Lee, Piotr Jablonski y su equipo plantean la hipótesis de que las protoalas pueden haber sido utilizadas para la búsqueda de alimento en busca de alimento, una estrategia de caza observada en múltiples especies de insectívoros e insectos contemporáneos.

Esta estrategia consiste en que los depredadores utilicen exhibiciones de plumas de colores contrastantes en sus alas y colas para asustar a sus presas, sacarlas de su escondite y hacerlas huir, momento en el que pueden ser perseguidas y atrapadas.

Los autores construyeron un robot llamado Robopteryx para probar su hipótesis, basándose en el tamaño, la forma y el rango de movimiento estimado del dinosaurio pennaraptoran Caudipteryx, un depredador de dos patas del tamaño de un pavo real que vivió hace aproximadamente 124 millones de años.

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Luego utilizaron Robopteryx para imitar varias variaciones de comportamientos de exhibición de persecución (con la secuencia completa consistiendo en extender las protoalas y levantar una cola, detenerse con ellas extendidas y luego plegarlas hacia atrás) y observaron la respuesta conductual de los saltamontes a la comportamiento de visualización, informa Phys.org.

Se utilizaron saltamontes porque responden al comportamiento de exhibición de persecución y pertenecen al orden Orthoptera que existió al mismo tiempo que Caudipteryx .

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Los autores encontraron asociaciones positivas significativas entre el uso de las protoalas en el comportamiento de exhibición y tanto la probabilidad de que el saltamontes huya (el 93% de los saltamontes analizados huyeron cuando se usaron las protoalas en comparación con el 47% sin ellas) como la distancia Robopteryx estaba lejos cuando huyeron.

También encontraron asociaciones significativas entre la presencia de manchas blancas en las protoalas y la presencia de plumas en la cola y la probabilidad de que el saltamontes huyera.

El trabajo concluye que sus resultados con Robopteryx respaldan la hipótesis de la persecución al ras y proporcionan una nueva perspectiva sobre por qué las alas y colas emplumadas pueden haber evolucionado inicialmente en los dinosaurios. (I)