Un término común al hablar de sostenibilidad es la materialidad, es decir identificar los temas relevantes o de mayor importancia para los grupos de interés de una organización o empresa que por ende se constituyen en aquellos a los que deberá prestarle mayor atención con el fin de considerarlos en el diseño de cada estrategia.

Como menciona Eduardo Atehortua, socio de Sostenibilidad y Cambio Climático para la Región Andina de Deloitte, para comprender este concepto es necesario regresar a 2014 cuando se lanzó la metodología GRI G4 y que revolucionó la gestión de la sostenibilidad porque se logró pasar de un enfoque de cumplimiento a poner en el eje central la gestión de la sostenibilidad.

La importancia de la gestión en temas ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) confirman la necesidad de profundizar en el proceso de identificación de asuntos cruciales y aparece el término de la doble materialidad, señala Atehortua.

Para conocer en qué consiste esta evolución consultamos a Pamela Velasco, Directora de YPSILOM, Consultora de Desarrollo Sostenible & Responsabilidad Corporativa.

¿Qué es la doble materialidad y por qué es importante en la sostenibilidad empresarial?

Es un concepto fundamental que se refiere a la evaluación de los impactos materiales desde dos perspectivas: la materialidad de impacto y la materialidad financiera. La primera considera los efectos significativos de las actividades de una empresa sobre las personas y el medio ambiente, mientras que la segunda se centra en cómo estos impactos pueden influir en la situación financiera de la empresa, su rendimiento y su capacidad de acceso a financiamiento. Este enfoque es crucial porque permite a las empresas no solo identificar y gestionar los riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad, sino también comunicar de manera transparente y completa sus esfuerzos y resultados a todas las partes interesadas, incluyendo inversores y comunidades.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan las empresas al implementar este concepto?

Uno de los principales desafíos es la complejidad en la identificación y evaluación de impactos tanto financieros como no financieros. Las empresas deben desarrollar capacidades internas y metodologías robustas para recopilar datos y evaluar de manera precisa los impactos en toda la cadena de valor, tanto upstream como downstream . Otro desafío es la necesidad de una colaboración y compromiso significativo con las partes interesadas para comprender mejor los impactos reales y potenciales. Además, existe la dificultad de integrar estos aspectos en los procesos de toma de decisiones estratégicas y operativas, asegurando que la sostenibilidad esté realmente en el centro de la gestión empresarial.

¿Cómo pueden las empresas mejorar su proceso de evaluación de la materialidad para alinearse con las normativas internacionales?

Adoptando un enfoque sistemático y basado en datos, siguiendo las directrices específicas como las propuestas por EFRAG (European Financial Reporting Advisory Group, Grupo Consultivo Europeo en materia de información financiera que asesora a la Comisión Europea). Esto incluye la identificación y evaluación de impactos y riesgos a través de un proceso estructurado que involucre a todas las áreas de la empresa y sus partes interesadas. Es crucial utilizar herramientas y marcos de referencia reconocidos, como los estándares GRI y los estándares del ISSB, para garantizar la consistencia y comparabilidad. Además, las empresas deben documentar y comunicar de manera transparente sus procesos y resultados de evaluación de la materialidad, asegurando que las decisiones sean comprensibles y verificables.

¿Cuál es el papel de los stakeholders en el proceso de evaluación de la materialidad?

Los stakeholders juegan un papel vital ya que aportan perspectivas valiosas sobre los impactos y riesgos que quizás no sean visibles desde el interior de la empresa. Para garantizar una participación efectiva, las empresas deben establecer canales de comunicación abiertos y continuos con sus stakeholders, incluyendo empleados, comunidades locales, proveedores, clientes y ONGs. La empresa debe ser proactiva en buscar y considerar el feedback de estas partes, integrándolo en sus evaluaciones y decisiones estratégicas. Además, es importante realizar consultas y diálogos estructurados y periódicos, y asegurarse de que los resultados de estos compromisos se reflejen en los reportes de sostenibilidad.

Beneficios al realizar la evaluación de doble materialidad
  1. Mejora la capacidad de la empresa para identificar y gestionar riesgos y oportunidades relacionados con la sostenibilidad, lo que puede resultar en una mejor resiliencia y competitividad a largo plazo.
  2. Aumenta la confianza y credibilidad con los inversores y otras partes interesadas, al demostrar un compromiso serio con la transparencia y la responsabilidad.
  3. Facilita el cumplimiento de regulaciones y normativas emergentes en materia de sostenibilidad, como las establecidas por la EFRAG y otras entidades.
  4. Una evaluación bien realizada puede guiar a la empresa en la toma de decisiones estratégicas que contribuyan positivamente a la sociedad y al medio ambiente, alineándose con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y otros compromisos globales

La gestión en temas ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) y la necesidad de profundizar en el proceso de identificación de asuntos cruciales configura la evolución hacia la doble materialidad.

>> Pamela Velasco, DirectorA de YPSILOM