Cuando María Gratzia Donggilio era pequeña, pasaba las tardes en casa mirando programas de moda en la TV y corrigiendo los atuendos en sus bocetos hechos con pluma; de niña le gustaba combinar sus zapatos con la cartera que usaba, pero cuando cumplió 15 años dejó de ser un juego y estrenó sus habilidades con sus amigas, en las quinceañeras. “Descubrí que la moda no solo era maravillosa, sino también costosa”, comenta.
A sus 21 años ha logrado cristalizar parcialmente su sueño de diseño y confección entre patrones y bocetos que guarda en su cuaderno y apostó por lanzar una colección de ropa a través de Instagram, donde esta joven promesa recoge 10.000 seguidores y es que tal parece que las plataformas tecnológicas se han convertido en los nuevos escaparates de los aspirantes a diseñadores y modistas locales y eso, según Donggilio, es una oportunidad clave para despuntar.
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Además, es estudiante de Administración de Empresas y confía en que esos conocimientos le permitirán gestionar sus emprendimientos con productos totalmente ecuatorianos. “Cuando descubrí mi vocación comencé a contactarme con costureras y a comprar telas en el centro de Guayaquil, y puedo asegurar que nuestro país tiene textiles de calidad, mano de obra con mucha experticia y un mercado que aunque muchos no lo crean, sí apuesta por las compras locales”, explica.
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El camino para la creación de su marca no fue sencillo, comenzó en agosto del 2020, a mediados de la primera ola de la pandemia, cuando la creatividad para hacer negocios fue la protagonista. Su capital neto fue de $ 300 tras vender el 70 % de su armario en sitios de segunda mano y así alcanzó el presupuesto para trabajar en conjunto con una textilera quiteña manejada por Jimmy Cebrín, vendiendo hoodies bordados con imágenes de bandas y artistas.
Desarrolla o construye tu marca personal
La respuesta de las personas fue maravillosa, asegura, aun cuando en este momento yo no subía contenido diario a redes sociales. “Gracias a un modelo muy exitoso del cantante Harry Styles pude obtener capital para el siguiente emprendimiento, con esencia propia y diseños únicos: Grazzia”.
Esta nueva apuesta se trata de diseños delicados, limitados y exclusivos, con estilo cottagecore, confeccionados a mano en su totalidad. Por lo que la inversión inicial para la producción de su primera colección fue mucho más alta y alcanzó los $ 1.000.
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Por el momento su primera colección tiene cinco modelos diferentes y prevé lanzar trajes de baño próximamente.
“Definitivamente esta es una industria complicada, y aunque para los jóvenes el reto es doble por temas económicos, no es imposible”, indica. Además, invita a modistas y diseñadores emergentes a usar las herramientas tecnológicas para promocionar su trabajo y obtener ganancias.
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Su entrada a TikTok fue otro factor importante; muchos de sus videos se hicieron virales y así logró direccionar a los usuarios a las páginas de sus emprendimientos. “Actualmente, el 40 % de los compradores son personas que ven mis productos en mis videos o en mis historias de Instagram”, concluye. (E)