En el video musical de Solar Power —su primer sencillo en cuatro años— Lorde retoza en una playa, rodeada de gente que baila, come y le pasa una pipa de marihuana hecha de un bulbo de hinojo.

Esta no es la Lorde que el mundo llegó a conocer: una joven artista que procesa sus heridas emocionales en álbumes aclamados por la crítica. Pero últimamente el mundo ya ha atestiguado demasiada oscuridad como, al parecer, también le sucede a Ella Yelich-O’Connor, mejor conocida como Lorde.

Si bien Solar Power retrata esa postura en su letra (“olvida todas las lágrimas que has derramado” y “que comience la dicha”), Lorde no la necesitaba para expresarse. El atuendo que eligió lo decía todo: una falda de satén amarillo canario con una ombliguera que se ciñe a la parte baja de sus senos.

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La cantidad de diafragma que se aprecia con ese traje no es mínima. No se parece en nada a las ombligueras casuales de la última década (que también llaman crop tops, que significa “blusa recortada”), ni a cualquier otra versión anterior, a saber: los trajes de baño de los cuarenta, la ropa deportiva de los ochenta, o las playeritas encogidas del 2000.

Este es un torso verdaderamente al descubierto, el que uno esperaría del “verano sexoso poscovid”. “Sacia una sed entre los consumidores más jóvenes, atendiendo a ese estilo festivalero que han echado de menos”, dijo Marian Park, estratega juvenil de la agencia de previsión de tendencias WGSN. (Este año, Rent the Runway informó que la demanda de ombligueras, exageradas o no, se ha cuadruplicado respecto a 2019).

El atuendo de Lorde, que ya se agotó y ahora está disponible para su compra anticipada, se cosió con satén de existencias muertas de Collina Strada, una marca conocida por sus prácticas sustentables y su estética hippy-punk colorida. Sus piezas de satén, en particular, han atraído a admiradoras famosas como Rihanna y Lady Gaga.

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El conjunto amarillo de la colección de primavera 2021 —SZA también lo usó en la portada de la revista Cosmopolitan a principios de este año— fue la primera vez que Hillary Taymour, la directora creativa de Collina Strada, experimentó con los aros que le dan a la ombliguera una estructura tan rígida. “Quería que se sintiera sofisticado”, afirmó Taymour. “Es para una chica que quiere sentirse sensual pero también tener un sujetador”.

Park dijo que el look de la ombliguera exagerada era “una exploración de la sensualidad para las mujeres, pero tampoco es abiertamente sexual”. Es parecido a usar lencería como ropa de día, lo cual se hizo inesperadamente popular a inicios de la pandemia, pues era una manera de consentirse durante el confinamiento. (La gente no podía arreglarse para salir, pero sí podía arreglarse para estar en casa).

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Más compañías están incorporando detalles de lencería elegante a sus diseños de ombligueras, señaló Park, con lazos sinuosos, costuras francesas, cintas al bies ribeteadas y con aros para sujetar, lo cual hace que las blusas sean sostenes elegantes y los sostenes elegantes sean ombligueras. Entre las marcas que encabezan este movimiento de abdómenes descubiertos están Jacquemus, Christopher Esber y Orseund Iris.

Pero ninguna marca se define por el crop top exagerado —o por lo que Park llamó los “momentos de estilo callejero para pavonearse en Instagram” que impulsan a los consumidores en esta época— más que Mirror Palais, fundada en 2019 por Marcelo Gaia, un diseñador de 30 años y antiguo estilista.

Una de las primeras piezas de Mirror Palais fue la llamativa “polo con aros”, un híbrido entre un brasier y una camisa con cuello y mangas largas.

Cuando Gaia le mostró el concepto a su patronista, ella no lo entendió, comentó él. “Tuvimos que trabajar mucho en el diseño antes de que en realidad le quedara bien a alguien”.

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Luego, cuando lo presentó en Instagram, “la gente decía cosas como: ‘¿Qué es esto?’”, narró Gaia. “Fue un poco polarizador. Algunas personas simplemente lo adoraban y les emocionaba mucho y creo que a otras les pareció un poco vulgar”.

Desde entonces esa camisa polo la ha lucido Bella Hadid, quien, a decir de Page Six, convirtió la prenda en “la blusa más popular del verano”, junto con Ariana Grande y Rosalía. Además, varias compañías de moda rápida la han replicado, lo cual ha frustrado a Gaia. (“Me arrepiento de pocas cosas en la vida, pero una de esas es que no la patenté”, afirmó).

Gaia tiene la teoría de que la gente se siente atraída a las blusas extremadamente cortas debido a los avances que se han hecho en el movimiento de la positividad corporal —”la idea de que, si quieres usar una ombliguera, pero no tienes el abdomen marcado, puedes hacerlo, tu cuerpo de todos modos se ve increíble”, explicó— y al hastío que provocó haber pasado un año “guardados”.

“Creo que sí se necesita bastante confianza para vestir algo así”, dijo Gaia, quien está trabajando en una versión con mangas cortas. “Pero la gente está lista para divertirse y festear y gozarla”.