Aunque las celebraciones como Navidad y Año Nuevo son motivo de unión familiar, en ocasiones puede generarse el efecto contrario debido a las conversaciones que surgen en estas reuniones, sobre todo cuando se mencionan temas que generan discrepancia.

A más de la religión y el fútbol, la política es otro de esos temas que, si no se tocan con pinzas, puede causar un debate acalorado entre los integrantes de una familia.

Pero, según el portal web Psychology Today, a través de la terapia conductual dialéctica podemos aprender a manejar situaciones difíciles sin sentirnos abrumados por las emociones. Esto en muy útil en un sinnúmero de situaciones y, por supuesto, será de gran ayuda en aquellas reuniones en las que es probable que terminemos discutiendo por política con alguien que en realidad queremos mucho.

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A continuación, algunas recomendaciones que menciona Psychology Today en su publicación:

Conocer nuestros límites

Al saber que este tipo de temas pueden sacarnos de casillas, lo ideal será establecer un límite y conversarlo con los demás para evitar caer en discusiones. “Me gustaría que no habláramos de política durante la cena”, puede ser una frase con la que dejamos saber a los demás que ese tema puede volverse un problema.

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Si los invitados violan el límite, se aconseja recordarles a los demás nuestra petición. Incluso se puede utilizar la técnica denominada Roto-Roto, que consiste en repetir el mensaje una y otra vez en un tono de voz tranquilo. El poder está en la repetición del mensaje.

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Usa la dialéctica

La dialéctica significa que dos cosas que parecen opuestas pueden ser verdaderas al mismo tiempo, se indica en el artículo.

Estos son los principios más importantes de la dialéctica tal como los describen Rathus y Miller:

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  • Siempre hay más de una forma de ver una situación y más de una forma de resolver un problema.
  • Todas las personas tienen cualidades únicas y diferentes puntos de vista.
  • El cambio es la única constante.
  • Dos cosas que parecen (o son) opuestas pueden ser ciertas.
  • Honre la verdad en ambos lados de un conflicto. Esto no significa renunciar a sus valores o venderse. Evite ver el mundo en “blanco y negro” o “todo o nada”.

Consejos para usar la dialéctica

  • Evita palabras extremas como “siempre”, “nunca” o “tú me haces”.
  • Practica mirar todos los lados de una situación. Incluso cuando no estamos de acuerdo con los demás.
  • Usa frases como “Yo siento” en lugar de “Tú eres”, “Deberías” o “Así son las cosas”. Por ejemplo: “Cuando te escucho decir eso, me enojo”, en lugar de “Nunca escuchas”.
  • Verifica suposiciones. No asumas que sabes lo que piensan los demás. Verifica los hechos preguntando: “¿Qué quisiste decir cuando dijiste ...?”

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Dar prioridad a la relación con la persona

Cuando este es nuestro objetivo, actuaremos con respeto y evitaremos ofender al otro. Para esto pueden hacerse dos preguntas:

  • ¿Cómo quiero que la otra persona se sienta por mí después de la interacción?
  • ¿Qué puedo hacer para mantener esta relación?

También es importante mantener el respeto propio, actuar de una manera que nos ayude a sentirnos moralmente bien y respetando nuestros propios valores y creencias.

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Anticiparnos a las situaciones difíciles

Al ser tan importante en nuestra vidas, la política provoca muchas emociones complicadas. Sin embargo, esas emociones pueden controlarse. Describir las situaciones sin prejuicios y en términos objetivos, imaginar las conversaciones (y cómo las afrontaremos) antes de que sucedan. Inspirar y respirar son algunas herramientas eficaces para que la cena finalice con unión familiar y no todo lo contrario. (I)

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