Una alimentación con alto contenido de calcio y potasio puede prevenir la recurrencia de cálculos renales. Las frutas con alto contenido de potasio incluyen plátanos, naranjas, toronjas, melones y albaricoques; mientras que entre las verduras están las papas, champiñones, arvejas, pepinos y calabacines.

Las verduras y frutas frescas tienen potasio, que ayuda a bajar la presión arterial. Foto: Shutterstock

Esto es según un estudio de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, en el que se explica que para evitar esa recurrencia (que los cálculos vuelvan a aparecer), usted debe saber cómo fortalecer su alimentación. Una dieta baja en calcio y potasio, con pocos líquidos, poca cafeína y pocos fitatos se relaciona no solo con la recurrencia, sino con probabilidades más altas de que se presente un cálculo renal sintomático por primera vez.

Insuficiencia renal, y los medicamentos de nueva generación que pueden detener la progresión de la enfermedad

Entre los 411 pacientes que participaron en ese sondeo y tuvieron cálculos renales por primera vez, 73 volvieron a presentar cálculos recurrentes en un promedio de 4,1 años de seguimiento. Un análisis más profundo encontró que los niveles bajos de calcio y potasio en la alimentación predecían la recurrencia.

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“Las recomendaciones para la prevención de cálculos renales se han basado principalmente en factores alimentarios asociados con la formación de cálculos por primera vez, pero no con la formación recurrente de cálculos. Es posible que las personas no hagan cambios en su alimentación si nunca han tenido cálculos renales, pero es muy posible que estén dispuestas a hacerlo si eso les ayuda a prevenir la recurrencia”, señala uno de los autores, el doctor Andrew Rule, nefrólogo de la Clínica Mayo.

Según determinó el estudio, la ingesta de líquidos menor a 3,4 litros al día, o aproximadamente nueve vasos de 12 onzas, se asocia con la formación de cálculos que se presentan por primera vez, además del poco consumo de cafeína y de fitatos. Por cierto, el café y té cafeinados y descafeinados están asociados con un riesgo 10 % menor de aparición de cálculos renales por primera vez, no así las bebidas gaseosas cafeinadas. El consumo de líquidos diario incluye también alimentos como frutas y verduras.

El té y el café originales o descafeinados producen un efecto de reducción de la recurrencia de cálculos renales, pero no las gaseosas cafeinadas. Foto: Shutterstock

Pocos líquidos y poca cafeína pueden resultar en un volumen bajo de orina y un aumento en la concentración de este fluido, lo que contribuye a la formación de cálculos. El fitato, por su parte, es un compuesto antioxidante presente en los cereales integrales, los frutos secos y otros alimentos que pueden contribuir a un aumento en la absorción de calcio y a la excreción de calcio en la orina.

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Una ingesta diaria de 1.200 miligramos de calcio puede ayudar a prevenir la formación de cálculos renales que se presentan por primera vez y también los recurrentes. En cuanto al potasio, no hay una recomendación específica.

Enfermedad renal y diabetes

Los cálculos renales pueden causar un dolor insoportable y se los asocia con enfermedad renal crónica, osteoporosis y enfermedad cardiovascular. Si usted presenta un cálculo renal por primera vez, tiene el 30 % de probabilidades de presentar otro en los próximos cinco años.

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La doctora Laura Ferreira Provenzano, nefróloga del hospital principal de Cleveland Clinic, dice que la causa más común de enfermedad renal en la mayor parte de los países del mundo es la diabetes, y que una de las mejores medidas que se puede tomar para prevenir una enfermedad renal en el futuro es evitar la diabetes. La alimentación sana de calidad con alimentos frescos, sin comidas superprocesadas, pocos carbohidratos simples y ejercicio físico para mantener un peso normal.

Una causa secundaria de la enfermedad renal son los problemas vasculares. “Si usted los tuviera, puede disminuir las complicaciones asociadas. Evite fumar, vuelva a controlar la presión arterial para no desarrollar hipertensión”.

El uso excesivo de medicamentos tóxicos para el riñón es otra de las preocupaciones. “Esté alerta, porque algunos de estos fármacos se compran sin receta. Por ejemplo, son de uso común los antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno, el naproxeno y el diclofenaco, que se toman para el dolor de cabeza. Tomados en exceso, a largo plazo, pueden causar falla renal”.

Los antiinflamatorios no esteroideos tomados en exceso, a largo plazo, pueden causar falla renal. Foto: Shutterstock

En esa lista están también los productos para el tratamiento de la acidez que las personas tienden a tomar a diario, como el omeprazol y el pantoprazol. Tómelos por indicación médica y por el menor tiempo posible, aconseja Ferreira, quien en octubre de este año estuvo en Quito, como expositora en el IV Congreso Internacional de Nefrología y Trasplante, organizado por la Sociedad Ecuatoriana de Nefrología, Diálisis y Trasplantes.

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“Cada persona es diferente, cada organismo va a tolerar cierta medicación por tiempos diferentes y a dosis diferentes, pero si usted toma 400 mg de ibuprofeno tres veces por día para un dolor crónico de la rodilla, y lo hace por años, está poniendo en peligro su riñón sin darse cuenta”. Son soluciones para cuadros agudos, no para el tratamiento crónico, a menos que el médico esté monitoreando los posibles efectos adversos.

No son solo productos farmacéuticos, agrega la nefróloga. “La gente está consumiendo cosas que no sabe de dónde provienen, como suplementos no regulados por ninguna entidad, y no saben si tienen componentes tóxicos”.

También hay casos de enfermedad renal asociados a enfermedades autoinmunes, que no se pueden prevenir. Ferreira, especializada en falla renal aguda, enfermedad renal crónica e hipertensión, menciona que los pacientes de lupus deben estar conscientes de esto y apegarse al monitoreo para detectar y tratar a tiempo.

Si ya tuviera enfermedad renal, hay maneras de prevenir la progresión. “Lamentablemente, la mayor parte de los pacientes no genera ningún síntoma hasta que está muy avanzada”. Es un poco controversial decir que toda presión arterial elevada lleva a la disfunción renal, “pero ciertamente en cualquier persona con enfermedad renal ya establecida se acelerará el deterioro”.

Las personas que están en riesgo de hipertensión con obesidad o con edad avanzada tienen que hacer visitas de control de forma regular. “Pero si decide tomarse la presión en casa con una máquina automática, hay técnicas”: estar sentado y en reposo por unos minutos, con la espalda apoyada en el asiento; mantener los pies planos sobre el piso, con las piernas y brazos descruzados.

Cualquier valor por encima de 130/80 se considera presión arterial alta. Foto: Shutterstock

“Los valores mayores a 130 sobre 80 se consideran hipertensión arterial”, indica Ferreira. Pero esto no se diagnostica con una sola toma, sino con dos lecturas tomadas apropiadamente, “porque la primera lectura suele ser un poco más alta que la presión real”. Si el valor es más de 130 de forma persistente, hay que ir a consulta.

¿Podrá usted cuidarse en casa tan solo con reducir el consumo de sal? “Se sabe que una dieta baja en sal ayuda a disminuir la presión arterial, pero una dieta baja en sal y alta en alimentos sin procesar, esto es, vegetales, frutas, nueces carnes magras, reduce mucho más la hipertensión”. Es decir, no es solamente la sal, sino comer comidas mínimamente procesadas. Los alimentos ultraprocesados usan mucho sodio para preservarse, pero las verduras y frutas frescas tienen potasio, que como se dijo al inicio, ayuda a bajar la presión arterial.

Lo siguiente es llegar a un peso sano y mantenerlo a través de la actividad física, un nivel bajo de estrés y dormir bien, investigando cualquier trastorno como la apnea obstructiva del sueño. “Dormir bien es importante para bajar los niveles de cortisol; si por la noche se le colapsa la vía aérea, ronca y no descansa aunque haya dormido siete horas, hay un trastorno de sueño y hay que diagnosticarlo”.

Ronquido, insomnio y apnea del sueño: decídase a buscar tratamiento

Estudio citado en este artículo:

Dietary Risk Factors for Incident and Recurrent Symptomatic Kidney Stones. Api Chewcharat, MD; Charat Thongprayoon, MD; Lisa E. Vaughan, MS; Ramila A. Mehta, MS; Phillip J. Schulte, PhD; Helen M. O’Connor, MS; John C. Lieske, MD; Eric N. Taylor, MD; and Andrew D. Rule, MD, Mayo Clinic Proceedings, 2022.