Aunque la ducha es una rutina diaria para la mayoría, es sorprendente cuántos errores se cometen que pueden comprometer la higiene. Muchos desconocen que prácticas incorrectas de limpieza, enjuague y secado pueden tener un impacto negativo en la salud.

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Contrario a la creencia popular, el uso de jabón no es indispensable en algunas áreas; además, una temperatura elevada del agua puede ser perjudicial. Asimismo, elementos como las esponjas pueden albergar bacterias y, según Health Digest, incluso los cabezales de ducha no están exentos de gérmenes.

A veces se cometen errores en la ducha sin tenerlos en cuenta. Foto: Freepik

Errores comunes al ducharse

Para mejorar la experiencia de ducha hay que reconocer ciertos errores habituales de higiene, y el sitio web antes mencionado enumera algunos de ellos.

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1. No limpiar el cabezal ni la cortina de ducha

Estos elementos suelen acumular “microbacterias”, algunas de las cuales pueden ser perjudiciales.

De acuerdo con Health Digest, hay que desinfectar el cabezal de la ducha sumergiéndolo en vinagre blanco y luego frotarlo con un cepillo. Para las cortinas de tela, un lavado en la máquina será suficiente, pero no se debe olvidar hacerlo regularmente.

El cabezal de la ducha puede contener gérmenes. Imagen: Pexels

2. Utilizar la misma esponja por tiempo prolongado

Las esponjas, al estar en un ambiente húmedo, pueden convertirse en un foco de bacterias. La dermatóloga Melissa Piliang, citada por el portal ya mencionado, aconseja limpiarlas y secarlas adecuadamente, además de reemplazarlas con frecuencia para evitar problemas.

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3. Uso de la misma toalla

El dermatólogo Alok Vij de la Clínica Cleveland, explica que las toallas húmedas pueden albergar levaduras, bacterias, mohos y virus activos, lo que incrementa el riesgo de infecciones como hongos en las uñas, pie de atleta y verrugas.

Las toallas sucias también pueden agravar condiciones como la dermatitis atópica o eczema. Se recomienda lavar las toallas al menos una vez a la semana y secarlas completamente después de cada uso.

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El uso regular de la misma toalla no es recomendable. Foto: Freepik

4. Limpieza inadecuada de los pies en la ducha

El simple contacto con agua jabonosa no es suficiente para limpiar adecuadamente los pies. Hay que fregar entre los dedos y las plantas para prevenir problemas como hongos y pie de atleta.

5. Uso de jabón como sustituto de gel de afeitar

La dermatóloga Annie Chiu, citada por Health Digest, señala que usar jabón en lugar de gel de afeitar puede obstaculizar un afeitado limpio y aumentar el riesgo de vellos encarnados e infecciones, ya que el jabón puede quedar entre las cuchillas. Recomienda utilizar un gel de afeitar para un deslizamiento suave y un afeitado más seguro.

No debes usar jabón para afeitarte. Foto: Freepik

6. Precaución con el uso de jabones

Es recomendable evitar los jabones antibacteriales porque eliminan las bacterias dañinas y también las beneficiosas que se necesitan para un buen sistema inmunológico.

Además, según Healthline, reseñado por Health Digest, estos jabones pueden promover el desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos.

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Los productos frecuentemente contienen sulfatos, parabenos, ftalatos y fragancias sintéticas que pueden desequilibrar el pH natural del cuerpo, comprometer la barrera de la piel y provocar irritaciones.

No todos los jabones son ideales para el cuerpo. Foto: Pexels

Tampoco se recomienda el uso de jabones para la zona íntima porque puede alterar el pH de la vagina. Solo es necesario agua en caso de mujeres y hombres.

El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido reveló que lavarse “una vez al día con agua tibia es suficiente para mantener una buena higiene”.

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7. El uso de agua caliente

Disfrutar de una ducha caliente puede ser reconfortante, pero el agua a altas temperaturas puede privar a la piel de sus aceites naturales y humedad, e incrementar condiciones de la piel debido a que la barrera de la piel está “dañada”.

Según la dermatóloga Shari Marchbein, esto puede agravar ciertas afecciones dermatológicas. Además, el agua caliente puede incrementar la presión arterial, lo cual es un riesgo para personas con problemas cardiovasculares. (I)

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