La microbiota intestinal o flora intestinal es el conjunto de bacterias que viven en el intestino. Este consta de numerosas bacterias, virus y hongos que viven en el contenido intestinal (masa fecal), así como en el moco que cubre la mucosa intestinal.

Entre sus funciones están: la protección de bacterias patógenas que pueden provocar enfermedades, mantenimiento de sistema inmune, regulación del metabolismo y balance energético, digestión de alimentos y producción de vitaminas.

“Cuando se produce una alteración de la microbiota y existe un desequilibrio entre las distintas cepas bacterianas, el organismo se ve afectado”, indica el médico Domingo Carrera.

Publicidad

Una alteración puede ser provocada por el Clostridium difficile, una bacteria que vive inofensivamente en el intestino de aproximadamente el 5% de las personas sanas. El uso de antibióticos y agentes inmunosupresores puede alterar el equilibrio de las especies bacterianas en el intestino, dando como resultado un crecimiento excesivo de esta bacteria.

La infección por Clostridium difficile es la principal causa de diarrea infecciosa en pacientes hospitalizados. En los últimos años, ha tenido mayor incidencia y ha empeorado los cuadros clínicos. En esta circunstancia, la terapia fecal puede incluso salvar la vida de un paciente.

En algunas personas, la infección por C. difficile puede provocar colitis pseudomembranosa, sepsis, megacolon tóxico, ruptura del colon y la muerte. El riesgo de muerte aumenta en pacientes con múltiples comorbilidades.

Publicidad

¿En qué consiste la terapia?

Para frenar esta bacteria existe una terapia no muy común, pero ha tomado fuerza durante los últimos años.

Se utilizan heces de una persona aparentemente sana y administrárselas al paciente. Se utilizan varias vías y sistemas como oral por sonda; oral en cápsulas preparadas especialmente; o bien por vía anal: a través de enemas. “Se usa con mayor frecuencia para tratar la infección recurrente por Clostridium difficile, con una tasa de éxito del 90 % o más”, detalla el sitio web de Aurora Health Care.

Publicidad

Desde 2014, el Instituto Nacional de Excelencia en Salud y Atención del Reino Unido (NICE, por su nombre en inglés) ha recomendado el FMT como una alternativa para los pacientes que han experimentado al menos dos infecciones previas.

La tasa de éxito es impresionante, con alrededor del 85 % de las personas curadas después de una sola transferencia. En noviembre, la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU. también aprobó su primer producto de microbiota fecal: una preparación licuada de heces, administrada a través de un enema en el tracto intestinal de los pacientes.

El problema fundamental es que cuando se trasplantan las heces no hay un control sobre lo que se utiliza: incluye literalmente miles de cepas diferentes de bacterias, virus que viven normalmente en el intestino, arqueas, y también hongos. Por ende, es necesario que el donante se realice exámenes.

Riesgos

La terapia fecal puede conllevar los siguientes riesgos:

Publicidad

  • Reacciones a los medicamentos que se le administren durante el procedimiento
  • Sangrado abundante o continuo durante el procedimiento
  • Problemas respiratorios
  • Propagación de enfermedades del donante (si no se hacen los exámenes adecuados al donante, lo que no es frecuente)
  • Infección durante la colonoscopia (poco frecuente)
  • Coágulos sanguíneos (poco frecuente)

Si bien se esta usando esta terapia, continúa estando en etapa experimental. (I)