Más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación. Por eso, es importante seguir algunas medidas de cuidado para protegerlos, más aún cuando las personas se exponen al agua de mar, a la arena y al cloro. “Mientras disfrutamos de las cálidas temperaturas y las actividades al aire libre, también debemos estar conscientes de las posibles infecciones auditivas”, explica Erika Martí, terapista de lenguaje de GAES Ecuador.

De acuerdo a la especialista de GAES, “el agua de mar representa un riesgo para los oídos, ya que una ola brusca que impacte directamente en el oído podría ocasionar una perforación timpánica. Por otro lado, aunque el agua de la piscina no representa el mismo riesgo, es importante evitar que entre en los oídos, ya que puede generar una otitis”.

En el caso del cloro, “debido a que es un químico fuerte, puede causar enrojecimiento o inflamación en algunas personas. Si se experimenta alguna de estas molestias o irritación es importante buscar atención médica”, recomienda.

Publicidad

Elementos cotidianos como los hisopos, que muchas vesces son usados tras un baño o el uso de las piscinas, pueden causar consecuencias negativas en la salud del oído. El uso de hisopos para la higiene del oído aumenta el riesgo de perforar la membrana del tímpano, advirtió el Seguro Social de Salud de Perú. Estos pueden obstruir el sistema natural de limpieza del oído y provocar tapones o lesiones.

La doctora Mirtha Bendezú Chonta, otorrinolaringóloga del Hospital II Vitarte de EsSalud, alertó que al realizar la limpieza de oídos empleando hisopos, estos podrían introducirse demasiado al canal auditivo, causando daños severos a este importante órgano del cuerpo humano.

Cómo proteger a los oídos

● Mantener las orejas limpias y secas después de cada baño. Lo más recomendable es usar una toalla suave para secar el exterior de los oídos.

Publicidad

● Asegurarse que el agua de la piscina esté limpia. Bañarse en aguas contaminadas puede aumentar el riesgo de infecciones auditivas.

● Sumergirse lentamente en el mar y en las piscinas para evitar que el agua entre bruscamente en los oídos.

Publicidad

● Utilizar protectores auditivos a la medida, como tapones para los oídos, para prevenir que el agua ingrese en los oídos. Estos son altamente efectivos y recomendados para aquellos con perforaciones timpánicas o susceptibilidad a infecciones de oído.

● Durante los viajes en avión, evitar dormirse durante el aterrizaje y despegue. En el caso de que los oídos se tapen, se pueden destaparlos bostezando, masticando chicle o chupando un caramelo.

● En conciertos o fiestas masivas, evitar exponerse a ruidos fuertes y mantener una distancia prudente de los altavoces para proteger los oídos del daño auditivo. (I)