La prueba de glucosa postprandial dura dos horas y sirve para diagnosticar diabetes, una enfermedad crónica que se produce cuando el cuerpo no produce insulina suficiente para mantener los niveles de azúcar en la sangre bajo control, y por ende, sube demasiado, provocando problemas en órganos como el corazón, los riñones y los ojos.

Se realiza después de una comida para determinar cómo responde el cuerpo al azúcar y al almidón luego de haber ingerido alimentos. Los niveles de azúcar en la sangre aumentan rápido y el páncreas libera insulina para permitir la movilización de la glucosa a las células de los músculos y otros tejidos, de modo que puedan ser usados como energía, señala Care Firts.

Dos horas luego de comer, los niveles de insulina y de glucosa en la sangre deberían volver a la normalidad, si se mantienen altos, es posible que la persona tenga diabetes.

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El examen de glucosa postprandial dura al menos dos horas | Foto: Freepik

¿Cómo prepararse para la prueba de glucosa postprandial?

Si alguien se someterá al examen de glucosa postprandial debe seguir las siguientes instrucciones, según la Clínica Universidad de los Andes:

  • Debe presentarse en ayuno de 8 a 12 horas el día del examen.
  • También debe llevar un desayuno específico si no tiene diabetes y el habitual en caso de tener diabetes.
  • Se aconseja mantener reposo luego de haber desayunado, eso implica no ingerir líquidos ni alimentos y tampoco fumar.

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¿Qué desayunar para la prueba de insulina postprandial?

La persona debe consumir los alimentos de la manera que lo hace habitualmente, por ejemplo, el mismo número de tortillas, la misma cantidad de sopa, de jugos o refresco; la idea es definir qué tan bien soporta el páncreas la carga de glucosa que se suele consumir.

Puede ser 1 taza de café o té, 1 pan con mermelada y mantequilla o 1 pan con margarina, jamón y queso.

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