Entre el 35 y 40 % de las personas adultas tienen hipertensión arterial, según los distintos registros o encuestas realizados en Ecuador. Como en cualquier otro país, se debe a múltiples factores de riesgo relacionados con el estilo de vida:

  • Tabaquismo
  • Alteraciones del colesterol
  • Sobrepeso
  • Diabetes
  • Estrés
  • Apnea obstructiva del sueño

Esta última es una enfermedad subdiagnosticada y que las personas en general no relacionan con la hipertensión arterial.

“Todos tenemos el riesgo de llegar a ser hipertensos conforme ganamos edad. Si tenemos más de 40 años y más aún, si hay antecedentes en nuestra familia (padres o abuelos hipertensos desde jóvenes), tenemos riesgo de ser hipertensos”, dice el médico Vladimir Ullauri, miembro de la Sociedad Interamericana de Cardiología y parte del directorio de la Sociedad Ecuatoriana de Cardiología.

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Un diagnóstico de hipertensión se obtiene con valores de 140/90 por tres días consecutivos, medidos en consultorio.

Si usted está en esta situación, lo primero que se le recomienda es hacerse medir la presión arterial dos veces por año. Además, no fumar, hacer ejercicio cardiovascular de 3 a 5 días por semana y mantener una dieta baja en sal y en carbohidratos. Tener un estilo de vida saludable es esencial, sin olvidar los chequeos periódicos.

“No se ha identificado un gen de hipertensión, pero sí hay una marcada herencia”, indica por su parte el doctor Emanuel Finet, cardiólogo en Cleveland Clinic. “Aquellas personas con familiares hipertensos tienen un 50 % más de probabilidad de enfermar”.

Una familia en la que los padres tienen hipertensión siendo aún jóvenes puede actuar para que sus niños no lleguen a ese punto. “Ayúdelos a dormir bien, a comer sano, a hacer ejercicio y tener controles con el pediatra por lo menos una vez al año. Si es posible, disminuir el consumo de sal en la dieta”, aconseja Finet.

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Sobrepeso más apnea: por qué la mala calidad del sueño puede alterar la presión arterial

El riesgo de hipertensión aumenta con la edad, y también afecta más a las poblaciones negras, pero hay factores de riesgo aplicables a todos. “Por ejemplo, las personas que duermen menos de 7 horas al día tienen una mayor incidencia de hipertensión (al regular el sueño a 7-8 horas, la presión baja). Quienes consumen más de 3 gramos de sal al día tienen mayor cantidad de volumen de plasma, lo que lleva a la hipertensión”, indica el doctor Finet.

“Mucho de lo que uno sabe del sueño ha sido investigado recientemente. Las personas que duermen menos de siete horas al día tienen mayor mortalidad, y aquellas personas que duermen más de nueve también están en riesgo”, explica Finet. Entonces, hay un rango de 7 a 9 horas, ideal para descansar, cuando el sueño es de buena calidad.

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Del 35 al 40 % de los adultos en Ecuador sufren de hipertensión.

“Durante el sueño ocurren cosas que pueden llevar a hipertensión, por ejemplo, la apnea obstructiva del sueño; las personas con sobrepeso dejan de respirar por momentos, se les obstruye la faringe y roncan”. Finet añade que en las personas obesas con apnea, la lengua suele estar agrandada. Este órgano puede acumular un alto porcentaje de grasa intramuscular y empeorar la obstrucción de las vías respiratorias superiores.

Uno de los efectos benéficos de bajar de peso es que reduce la grasa en los tejidos blandos y en la lengua, y la severidad de la apnea es menor, según un estudio de la Penn Medicine, la escuela médica de la Universidad de Pensilvania. Cuando la persona deja de respirar en el sueño, la reacción del cuerpo es soltar una descarga para que la persona se despierte y vuelva a respirar. “Esto hace que la presión suba, y sucede muchísimas veces durante la noche, todas las noches”, agrega Finet.

Formas de medir la presión arterial

Hay dos métodos para diagnosticar hipertensión. El primero, dice el doctor Ullauri, es la elevación de la presión arterial por encima de 140/90 en al menos tres días consecutivos, con mediciones hechas en el consultorio.

La otra es la elevación de la presión arterial por encima de 135/85 durante el día o 120/70 en la noche, registrada por el dispositivo MAPA (monitoreo ambulatorio de presión arterial), que implica llevar el tensiómetro por 24 horas.

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Y también está la automedicación, que es útil para personas que se ponen nerviosas en la consulta y eso les genera hipertensión reactiva o ‘de bata blanca’. Si tiene en casa un dispositivo de medición de presión arterial de brazo (no de muñeca) debe usarlo en un sitio confortable, sentado, antes de tomar la medicación, con los pies sentados apoyados sobre el piso, el brazo apoyado sobre la mesa, y no estar conversando o aguantarse las ganas de ir al baño. “Además, no debe haber fumado ni haber tomado bebidas con cafeína, y tampoco debe haber hecho ejercicio 30 minutos antes de esta medición”, detalla Ullauri. “El resultado debe ser por debajo de 135/85 para decir que está controlado o que no tiene hipertensión”. De tener un valor más alto, acuda al médico, dice Ullauri, quien es jefe del Departamento de Medicina Interna del Hospital Metropolitano.

No hay cura, pero sí numerosos medicamentos para controlar la hipertensión

Un paciente que no logra un control óptimo de la presión arterial con dieta y ejercicio debe empezar con el tratamiento farmacológico, con dosis distintas para cada persona. Ullauri dice que esto depende de las complicaciones, sea hipertensión con diabetes, infarto o insuficiencia renal o edad avanzada.

Quienes consumen más de 3 gramos de sal al día tienen mayor cantidad de volumen de plasma, lo que lleva a la hipertensión. Foto: Shutterstock

Los fármacos principales son los IECA o inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, y otros son los ARA, antagonistas de los receptores de angiotensina. Suelen sumarse a un diurético o a un calcioantagonista. Cuando el paciente tiene hipertensión y problemas de cardiopatía isquémica, es decir, de obstrucción de las arterias coronarias, se usan los betabloqueantes.

Para quienes ya tienen hipertensión, alcanzar el peso ideal puede reducir de manera significativa la presión arterial. “En algunos casos podemos llegar a suspender la medicación o usar la cantidad mínima”, dice el cardiólogo Ullauri. Recuerde que si usted fue diagnosticado de hipertensión arterial y mediante dieta y ejercicio controló su peso, no se ha curado de la hipertensión. La está controlando. Tendrá que mantener un buen peso de por vida.

Finet explica que hay diferentes tipos de medicamentos, entre ellos los diuréticos, como la hidroclorotiazida, que reduce el volumen de líquido en la sangre, y también fármacos que relajan las arterias y hacen que el tono venoso disminuya. “Otros (betabloqueantes) reducen la intensidad de la contracción cardíaca y el golpe de sangre en las arterias, que es lo que genera la presión sistólica”.

No espere a los síntomas, la hipertensión es silenciosa

El 50 % de los pacientes no tienen síntomas y cuando los notan ya tienen una complicación de la hipertensión arterial: infartos cerebrales o cardiacos, insuficiencia cardiaca o insuficiencia renal. “Esas complicaciones pueden ser el debut de los síntomas de un paciente hipertenso”.

El otro 50 % sí tiene señales: dolor de cabeza, zumbidos en los oídos, sensación de ahogo al hacer algún esfuerzo físico y edema o hinchazón de los pies o los tobillos.

Independientemente de que tenga o no tenga síntomas, puede haber lesión orgánica o estructural de órganos: cerebro, corazón y riñones. (I)