La laguna de Papallacta tiene su origen en la erupción del volcán Antisana en el siglo XVII, situación que generó un flujo de lava que rellenó un glaciar muy antiguo del río Papallacta y esto provocó la afluencia del Río Tambo.

Estos sucesos naturales motivaron a que se forme la laguna, cuya característica principal la tonalidad oscura de sus aguas.

El agua de la laguna _que se encuentra a una altura de 3.180 msnm_ proviene principalmente de los deshielos de los nevados Sarahurco, Cayambe y Antisana, así como de la procedencia de manantiales y pequeños riachuelos de los páramos que se encuentran en los alrededores.

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En la actualidad, el sitio es un lugar turístico y las aguas de la laguna son utilizadas para abastecer de agua potable a los barrios del norte de la ciudad de Quito.

Pero sobre este escenario natural también existe una curiosa leyenda, la que indica que este la laguna fue el escenario de una épica lucha entre un poderoso chamán y una serpiente de siete cabezas. 

La tradición oral indica que todo sucedió durante el solsticio de invierno, en junio, que constituye el inicio del invierno en el hemisferio sur y representa el día más corto y a la vez la noche más larga del año para los países del sur del continente.

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Según la leyenda, un monstruo gigante apareció en la superficie de las aguas de la laguna aterrorizando a quienes se atrevían a cruzar por sus gélidas aguas.

La situación preocupó a los pobladores, quienes decidieron buscar la ayuda de un chamán para combatir a la bestia. Así, el sabio ingresó a la laguna para luchar contra el monstruo, descrito como una serpiente de siete cabezas.

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Supuestamente la feroz batalla se prolongó durante varios días y pudo prolongarse aun más, pero el chamán tenía un arma secreta: un poderoso veneno que colocó en la punta de su lanza. Finalmente asestó su arma en el cuerpo de la bestia, con lo que puso fin a su existencia.

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No obstante, el sabio resultó gravemente herido y no pudo salir de la laguna en forma humana. En su lugar, lo hizo en forma de un pato silvestre de bello plumaje, ave que _según se cuenta_ en ocasiones puede ser vista, en especial en los días del solsticio de invierno, cuando el Sol alcanza su mayor altura aparente en el cielo. (I)