El Adviento es el comienzo del año litúrgico. Empezó el domingo 28 de noviembre y culminará el 24 de diciembre. Esta época se conoce por ser los cuatro domingos anteriores a la Navidad. Y como término significa la ‘venida’ o la ‘llegada’ del Señor.
La corona de Adviento es parte de las costumbres precristianas de los germanos (Alemania). Durante la época fría y oscura que tornaba de diciembre, colectaban ramas verdes y encendían fuegos como símbolo de esperanza y bienvenida de la primavera. A pesar de algunas creencias, no representa una concesión al paganismo, sino un ejemplo de la cristianización de la cultura.
A continuación, brindaremos unas cuantas opciones de oración para esta época tan especial en la religión cristiana.
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Bendición para la corona de Adviento
Guía: Señor Dios, bendice con tu poder nuestra corona de Adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Guía: Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
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Guía: La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre esta corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.
Lo que debe saber del Adviento
Al encender la vela
Guía: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne... Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza.
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¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro... (se ora el padrenuestro).
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.
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Qué significa el Adviento para la iglesia católica
Meditación
La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace.
Ellos son los benditos de Dios que le reciben. Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.
Nos unimos a la Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.
Tiempo de silencio / Tiempo de intercesión
Padre Nuestro / Ave María
Después de Cristo Rey llega la reflexión por el Adviento
Oración final
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Todos: Amén. (I)