En el altar de la iglesia Catedral ya luce una base circular de ramas verdes artificiales, con cinco sirios de colores, adornada con luces multicolores. Es la corona de Adviento que se colocó ayer para dar inicio, desde este domingo, a este periodo y el año litúrgico.

Cada domingo se prende un sirio y el 25 se enciende el quinto, el blanco. Cada vela representa la luz que se va consumiendo, como la vida, en el servicio a Dios, explicó el rector Rómulo Aguilar.

Como es tradición, los fieles se reunirán para rezar y encender la primera vela de la corona de Adviento. Esta costumbre nació en Alemania, en el siglo XVI, para preparar a los cristianos para la fiesta de Navidad.

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En el santuario de Schoenstatt, unos 500 feligreses recibieron una jornada de preparación para este tiempo. En el acto se repartió un libro con las liturgias de cada domingo de Adviento y propósitos que deben cumplir, comentó la hermana Montserrat Darquea.

Durante la primera semana, por ejemplo, tienen que recordar a otros cuánto los ama, organizar una visita en familia a una familia necesitada, escuchar al otro sin perjuicios, hacer un acto de caridad sin esperar recompensa, atender con diligencia a quien lo necesite, abstenerse de algo para compartir o regalar y celebrar las cualidades o éxitos de otros. (I)