El Viernes Santo, uno de los días más solemnes dentro de la Semana Santa, representa para los creyentes un tiempo de profunda meditación sobre el sacrificio de Jesucristo.

Esta jornada marca la crucifixión del Hijo de Dios, acto central en la fe cristiana, y tiene su momento culminante a las tres de la tarde, hora que, según la tradición, señala el instante exacto en que Jesús entregó su vida en la cruz.

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¿Qué se hace a las 3 de la tarde el Viernes Santo?

Durante esta hora, es común que los fieles interrumpan sus actividades para dedicar un espacio a la oración y al recogimiento. Muchos rezan el Credo de los Apóstoles y reflexionan sobre el profundo significado de la entrega de Cristo por la salvación de la humanidad.

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En distintas comunidades religiosas, también se lleva a cabo la ceremonia de La Adoración de la Cruz, donde se presenta una cruz como símbolo del sacrificio, invitando a los asistentes a acercarse con respeto y orar en silencio.

El Viernes Santo no es un día festivo cualquiera. En consonancia con las normas del Derecho Canónico, se evita:

  1. El consumo de carne.
  2. Las celebraciones festivas.
  3. Ciertas actividades sociales.
  4. Salir después de las tres de la tarde.
  5. Tener encuentros íntimos.

Tampoco se celebra la misa habitual; en su lugar, se realiza la Liturgia de la Pasión, una ceremonia sobria que recuerda los últimos momentos de Jesús antes de su muerte.

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Este día, además, se acostumbra rezar el Vía Crucis, un recorrido espiritual por las catorce estaciones que narran el camino de Cristo hacia el Calvario. De esta manera, los fieles reviven simbólicamente el dolor y la entrega del Mesías, manteniendo viva la esencia de su fe.

(I)