Los documentos expuestos revelan que los empleados dificultaron a los usuarios la posibilidad de mantener su ubicación privada en los smartphones. Actualmente la compañía es señalada por almacenar estos datos incluso cuando se desactivaban varias configuraciones de uso compartido de ubicación.

En los documentos, Google habría presionado a LG y otras empresas de teléfonos para que ocultaran este tipo de configuración. Jack Menzel, un exvicepresidente que se encargaba de supervisar Google Maps, confesó que la única manera en la que la compañía no pudiera averiguar las ubicaciones del hogar y trabajo era si un usuario cambiaba estas direcciones por unas aleatorias.

El portal de noticias Insider se puso en contacto con José Castañeda, un portavoz de Google. Según él, el fiscal general de Estados Unidos y los competidores que impulsaron esta demanda “han hecho todo lo posible para caracterizar erróneamente” sus servicios.

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Siempre hemos incorporado características de privacidad en nuestros productos y hemos proporcionado controles sólidos para los datos de ubicación -explica Castañeda-. Esperamos poner las cosas en su sitio”.

Google en la mira de la ley americana

No es la primera vez que Google forma parte de este tipo de controversias. Parte de los documentos que han salido a la luz forman parte de la demanda presentada el año pasado contra Google por la oficina del fiscal general de Arizona. En ella, se acusaba a Google de recopilar ilegalmente datos de ubicación en los teléfonos inteligentes, aunque los usuarios lo rechazasen.

Esta información fue eliminada por orden del juez hace dos semanas. Sin embargo, las versiones anteriores ofrecen una imagen más detallada de la manera en la que Google ocultó sus técnicas de recopilación de datos, confundiendo a los usuarios, pero además a sus propios empleados.

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Para obtener la dirección de los usuarios, los documentos cuentan que la compañía emplea una gran variedad de métodos, como el WiFi o las aplicaciones de terceros no afiliadas.

En estos documentos, se informa que Google probó versiones de su sistema operativo Android para que la configuración de privacidad fuese más fácil de encontrar. No obstante, según explican, la empresa lo vio como un “problema” que, para resolverlo, acabó ocultando esta función dentro del menú de configuración.

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Asimismo, los documentos aseguran que Google trató de convencer a los fabricantes de smartphones para que escondiesen la deshabilitación de la ubicación. Para ello, Google coaccionó a las empresas “a través de tergiversaciones activas y/u ocultación, supresión u omisión de los hechos”.

Algunos trabajadores de Google reconocieron que varios usuarios parecían frustrados por las prácticas de recopilación de datos de la compañía.Yo debería ser capaz de obtener mi ubicación en mi teléfono sin compartir esa información con Google”, explicó un empleado anónimo.

Con respecto a esto, Apple ya está buscando una solución que permita a los usuarios aprovechar de sus aplicaciones favoritas basadas en la ubicación sin compartir sus datos. “Esta puede ser la forma en la que Apple se está comiendo nuestro almuerzo”, comentó el mismo empleado. (I)