¿Se puede hablar con un aparato como si fuera una persona? Eso parece. El ‘boom’ de la inteligencia artificial crea un nuevo trabajo: experto en hablar con la máquina.
Pau Martí Felip, de 23 años y graduado en Comunicación Audiovisual, entró a trabajar hace dos años como editor de vídeos en una empresa digital, tal como publica El País.
Con el tiempo, vio que su labor cambiaba: “Así surgió ser prompt engineer (ingeniero de peticiones), que es una mezcla creativa y tecnológica de dar instrucciones a las IA para que te den respuesta”, dice.
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Las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial para crear imágenes, texto y pronto video o música necesitan recibir peticiones en texto de lo que queremos. Esa petición puede ir de una frase sencilla:
“Prepara unos estiramientos de 10 minutos para mayores de 70 años” a una intrincada instrucción de ocho líneas que incluye detalles sobre los colores, fondos o técnicas de una imagen, por ejemplo.
“La gente necesitará entender a la máquina”, dice Martí Felip. “Es como hablar con un animal con quien la mayoría de gente no sabe comunicarse, estamos aprendiendo ese lenguaje”, añade.
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¿Cómo hablar con una maquina como si fuera una persona?
La labor concreta Martí Felip es doble: ayudar a los ingenieros a poner a prueba el modelo que están programando a partir por ejemplo de ChatGPT y luego usarlo para obtener resultados óptimos o ayudar al cliente a sacar provecho.
Wow - Anthropic (Google's latest $300M AI investment) is hiring a "Prompt Engineer" for $250k-$335k/yr + equity
— AI Breakfast (@AiBreakfast) February 14, 2023
No CS degree required, just have "at least basic programming and QA skills"
Wild times. pic.twitter.com/4i1sEWs5iZ
Jessica Gutiérrez, auxiliar administrativa de Gijón, es otra de las seis personas que ha añadido “prompt engineer” a su bio de LinkedIn.
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Es auxiliar administrativa, pero se dedica a escribir para páginas web. El paso era casi obligado: “Ahora me lleva mucho menos tiempo, si no estás aprendiendo a generar texto, obviamente se va a quedar obsoleto tu trabajo de copy”, asegura.
“Reconozco que, cuatro meses desde que empecé a investigar y empaparme todos los días, al final encuentras un aliado en la inteligencia artificial, aunque he recorrido un camino muy largo para posicionarme lo más temprano posible”, admite.
Su formación también ha sido en internet: “Ha sido autodidacta, ensayo y error, a base de ver vídeos en YouTube, en Twitch”, explica.
Participar en el ecosistema sirve mucho para explorar posibilidades de negocio y educativas”, asegura, aunque a su alrededor no lo ven claro: “La gente se ríe. No creen que esto tenga un futuro profesional.
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Y se hace sin código
Una de las maravillas de esta ingeniería es que saber código es secundario. Un detalle que baja las barreras de acceso. Andrej Karpathy, respetado programador que dirigió la IA de Tesla y acaba de reincorporarse a OpenAI (creadores de ChatGPT), tuiteó: “El lenguaje de programación más de moda es el inglés”.
En el estudio aseguran que la mejor fórmula sería algo así: “Vamos a resolver esto paso a paso para asegurarnos de que tenemos la respuesta correcta”.
La carrera para lograr la petición perfecta solo ha empezado, asegura Gutiérrez, que hace sus pruebas aparte: “Tienes que estar muy seguro del prompt. Lo escribo aparte dos o tres veces y si no tengo todos los detalles, sigo añadiendo y no se lo pido a la máquina hasta que lo tengo completo”.
(I)
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