La principal consecuencia de la nueva normalidad ha sido la virtualización de la realidad. Teletrabajo, teleeducación, videoconferencias son ahora parte de la vida diaria y, de hecho, se han convertido en una necesidad.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre enero y marzo del 2020, a medida que las infecciones por COVID-19 se extendieron por todo el mundo, los países dieron instrucciones a los empleadores de cerrar sus operaciones y, de ser posible, aplicar el teletrabajo a tiempo completo para sus trabajadores, con muy poco tiempo de preparación tanto para los empleadores como para los trabajadores. Algo que se planeó como una solución temporal y a corto plazo ha estado sucediendo desde hace meses.

Las estimaciones preliminares de la Organización Internacional del Trabajo indican que, en el peor momento de la crisis, en el segundo trimestre del 2020, unos 23 millones de personas teletrabajaron en la región de América Latina y el Caribe.

Publicidad

Esto representa entre el 20 y 30 % de los asalariados que estuvieron efectivamente trabajando. Antes de la pandemia, esa cifra era inferior al 3 %.

Toda esta situación llamó la atención de las redes sociales y se aceleró un proceso que ya venía cocinándose desde hace un par de décadas: la vida virtual.

En octubre, Facebook anunció que contrataría a 10.000 personas en Europa para desarrollar el “metaverso”. ¿De qué se trata esto? Es aún una idea en desarrollo y alguien ajeno a la industria le podría parecer simplemente una versión mejorada de la realidad virtual.

Publicidad

Pero los expertos dicen que será a la VR lo que los smartphones fueron, en términos de revolución tecnológica, a los rudimentarios primeros teléfonos inteligentes.

A este universo virtual se accedería con un visor de VR y probablemente con un avatar (representación virtual) en 3D, y conectaría todo tipo de entornos digitales.

Publicidad

A diferencia de la realidad virtual actual, que se utiliza principalmente para los videojuegos, el metaverso se usaría para todo tipo de actividades: trabajo, juegos, conciertos, cine o simplemente para pasar el rato.

Según Rabindra Ratan y Yiming Lei, especialistas de la Michigan State University, hay tres aspectos clave del metaverso: presencia, interoperabilidad y estandarización.

La presencia es la sensación de estar realmente en un espacio virtual, con otros virtuales. Décadas de investigación han demostrado que este sentido de encarnación mejora la calidad de las interacciones en línea. Esta sensación de presencia se logra a través de tecnologías de realidad virtual, como pantallas montadas en la cabeza o los visores de realidad virtual.

La interoperabilidad significa poder viajar sin problemas entre espacios virtuales con los mismos activos virtuales, como avatares y elementos digitales. ReadyPlayerMe permite a las personas crear un avatar que pueden usar en cientos de mundos virtuales diferentes, incluso en reuniones de Zoom a través de aplicaciones como Animaze.

Publicidad

Al mismo tiempo, tecnologías blockchain como cryptocurrencies y fichas no fungibles facilitan la transferencia de bienes digitales a través de fronteras virtuales.

La estandarización es lo que permite la interoperabilidad de plataformas y servicios en todo el metaverso. Como ocurre con todas las tecnologías de los medios de comunicación, los estándares tecnológicos comunes son esenciales para una adopción generalizada. Organizaciones internacionales como Open Metaverse Interoperability Group definen estos estándares.

Facebook ha hecho de la construcción del metaverso una de sus grandes prioridades. Ha invertido mucho en realidad virtual a través de su dispositivo Oculus, que es más barato que el de sus rivales.

Según los analistas, el precio podría estar causando pérdidas a la compañía, que a cambio consigue que el visor de su marca llegue a más personas.

También está creando aplicaciones de realidad virtual para reuniones sociales y para el lugar de trabajo, incluidas las que permiten interactuar con el mundo real.

Según los expertos de la Universidad de Michigan, si el metaverso se convierte en el sucesor de la internet, quién lo construye, y cómo, es extremadamente importante para el futuro de la economía y la sociedad en su conjunto.

Facebook tiene como objetivo desempeñar un papel de liderazgo en la configuración del metaverso, en parte mediante una fuerte inversión en la realidad virtual. El CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, explicó en una entrevista su opinión de que el metaverso abarca plataformas no inmersivas como las redes sociales actuales, así como tecnologías de medios 3D inmersivas como la realidad virtual, y que será tanto para el trabajo como para el juego.

La mayoría de usuarios ya pasan gran parte de sus vidas en línea: 6 horas y 42 minutos al día como promedio, según un estudio reciente de la plataforma Hootsuite. Pero, según Zuckerberg, “la próxima plataforma y medio será aún más inmersivo. Un Internet encarnado en el que uno está en la experiencia, no solo mirándola. Y a esto lo llamamos el metaverso. Y vas a poder hacer casi cualquier cosa que puedas imaginar”.

El metaverso puede proporcionar a la humanidad más opciones tecnológicas que nunca. Este nuevo espacio puede permitir la satisfacción de una parte cada vez mayor de los deseos en el espacio digital en lugar de en el material. Permitirá a los usuarios hacer mucho más y permitirá conservar, en lugar de consumir, recursos como el combustible, los materiales de construcción y la tierra, según afirman muchos expertos. (I)