Elly Savatia, creador de Terp360, detectó el problema en una clase de robótica en el norte de Kenia: 300 alumnos sordos dependían de un solo intérprete. Esa desigualdad lo impulsó a desarrollar una herramienta tecnológica capaz de acortar la brecha de comunicación.
El proyecto evolucionó desde un prototipo sencillo. Inicialmente, Terp360 solo reconocía el alfabeto de señas y algunas palabras básicas a través de Unity, pero las animaciones resultaban rígidas y poco naturales.
La innovación llegó con la captura de movimiento. El equipo de Signvrse, liderado por Savatia, grabó a kenianos sordos realizando más de 2.300 señas, entre palabras y frases comunes, para que los avatares transmitieran fluidez y cercanía.
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Terp360 se distingue por el uso de inteligencia artificial y avatares 3D hiperrealistas. La aplicación convierte en tiempo real voz y texto en lengua de señas, lo que la coloca por delante de otras herramientas que carecen de naturalidad en la interpretación.
Aunque aún está en fase de prueba, la aplicación ya ha beneficiado a más de 2.000 personas con discapacidad auditiva. Sus creadores buscan ahora ampliar su alcance hacia sectores educativos, sanitarios y empresariales, con un modelo orientado al mercado B2B.
Los planes de expansión incluyen llevar la aplicación a Uganda y Ruanda, con la meta de que cada vez más personas sordas accedan a entornos de aprendizaje y trabajo más inclusivos. (I)