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“Un guía... nunca te hará ver un cuadro. Está ahí para que no te pierdas, literalmente para que no te pierdas en ti mismo”.
«Haber» no debe confundirse con la secuencia «a ver», que está constituida por la preposición 'a' y el verbo 'ver'.
Parece que el afán de expresarse desatado por las redes sociales cada vez se aleja más de un español correcto.
La belleza del español, resumida en la frase: “Si hablar quieres lo haz de hacer a mi lebrel en francés, a mi musa en italiano, mas solo a Dios en castellano”.
Los dos vocablos son válidos y se pueden usar indistintamente o juntos.
Al final, ni siquiera sobreviven las lenguas... Solo sobreviven unos pocos libros, testigos del aprendizaje y el alivio.
Estas palabras datan de los siglos XVII y XVIII.
Ciertos hombres y mujeres gritan malas palabras, muy groseras, en público; no tienen respeto a personas y sitios.
Dependiendo de la organización suele denominarse lema, eslogan, emblema, consigna, divisa, entre otros nombres.
A ciertos políticos, el ocio los hace elucubrar malas maneras (...), ‘diagnosticar’ al señor presidente del país de incapacitado, demente.
A ciertos políticos, el ocio les hace elucubrar malas maneras (...); se les ocurre ‘diagnosticar’ al señor presidente del país de incapacitado.
Todo eso estuvo guiado por su objetivo central, que es instalar un gobierno débil...
El cumulonimbo, según el DLE, es una ‘nube oscura que forma frentes muy altos y provoca violentas tormentas’.
El sueño tiene un papel más poderoso en el aprendizaje de idiomas de lo que se pensaba.
La RAE piensa que la opción más aconsejable es no poner tilde.
El artículo 2 de la actual Constitución establece que el kichwa junto con el castellano y el shuar son idiomas oficiales de relación intercultural.
El jueves anterior las redes sociales se alborotaron afirmando que ¡la Real Academia Española le devolvió la tilde al adverbio «solo»!
El sueño tiene un papel más poderoso en el aprendizaje de idiomas de lo que se pensaba.
En estos días de ceremonias de grado (¡no de incorporaciones!) se está empleando de manera incorrecta la palabra 'muceta'.
El adjetivo gachón o gachona se publicó en el diccionario académico en 1734. Se deriva de gacha, que significa ‘mimo’.