Los neoyorquinos soportan una ola de calor excepcional, con temperaturas superiores a 34°C desde el comienzo de semana y una sensación térmica de 43°C para el fin de semana debido a la humedad.

El alcalde Michael Bloomberg ha intensificado las recomendaciones, instando a la gente a “utilizar el aire acondicionado, evitar la deshidratación e informarse sobre la salud de vecinos, amigos o familias vulnerables”.

Más de 420 “centros refrigerados” permanecen abiertos. Estos sitios son generalmente bibliotecas o centros para personas mayores que disponen de aire acondicionado.

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La estación de televisión local NY1 recomienda limitar las salidas y no ingerir alcohol o bebidas azucaradas, en espera de un descenso de las temperaturas, previsto para mañana después de una tormenta.

La muerte de un hombre de 57 años de Staten Island el 8 de julio fue atribuida al calor.