Quilotoa, un lugar natural para pasear

Otra alternativa turística para recorrer en estos días de descanso escolar del régimen Costa es la laguna del Quilotoa, enclavada en el cráter del volcán del mismo nombre, a 12,5 kilómetros de la parroquia Zumbahua, cantón Pujilí, en la provincia de Cotopaxi, en la Sierra.

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Aquí llegó el pasado sábado David Samaniego, quien a través de su columna de los miércoles, en este Diario, invitó a los lectores a visitar esta laguna.

Una de las razones por las cuales él realizó el periplo, e invitó a hacerlo, es celebrar los 94 años de EL UNIVERSO (cumplidos el pasado 16 de septiembre). En su visita, Samaniego recordó las veces en las que ha ido a la laguna.

Fernando Salazar llegó desde Quito al Quilotoa, atraído por la invitación de Samaniego. “Es una belleza. Algo espectacular llegar abajo, a la laguna. Bajar es fácil, me tomó 35 minutos; el ascenso es complicado”, dijo.

Desde Quito la distancia al Quilotoa es de 167 km; de Guayaquil, 308 km; de Ambato, 125 km; de Latacunga, 78 km, y desde la cabecera cantonal de Pujilí, 68 km. Al lugar se llega en carro por carretera asfaltada.

Desde 1994, los comuneros de la zona se agruparon para impulsar el turismo. Así contó César Cuchiparti, presidente de la Organización Comunitaria de Turismo Quilotoa, que agrupa a 206 socios. En el lugar hay un parqueadero, un mirador, un sendero que baja a la laguna del Quilotoa, sitios de hospedaje y se puede practicar kayak.

Por el ingreso al parqueadero se cobran $ 2, para el mantenimiento del lugar. Quienes deseen bajar o subir desde la laguna hasta el filo del cráter en caballo pagan $ 10; el kayak cuesta $ 3 por persona los 30 minutos. Y el hospedaje $ 35 por persona e incluye la cena y el desayuno. El horario para el kayak es de 08:00 a 17:00.

El descenso desde el filo del cráter hasta la laguna y viceversa se lo hace por un sendero, cuyo tramo mayor es arenoso. Por eso se recomienda ir con zapatos para senderismo. También hay que llevar ropa abrigada, por la altura, y líquidos si se va a realizar el ascenso a pie. (I)