Las ciudades ocupan apenas el 3% del planeta, pero consumen hasta el 80% de la energía y representan el 75% de las emisiones de carbono y de otros Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera, lo que fomenta el cambio climático, según la Organización de Naciones Unidas.

En Ecuador, el Gobierno ha delineado una hoja de ruta para depender menos de los combustibles fósiles, uno de los principales emisores de GEI.

El plan del régimen de Rafael Correa, que concluye este 24 de mayo tras diez años de mando, incluye la apertura de ocho hidroeléctricas de las que se han inaugurado tres: Coca Codo Sinclair, Sopladora y Manduriacu. Existe la promesa de que el resto entren a funcionar hasta el 2018. El 62,11% de la producción total de energía del país provino de fuentes renovables (hidráulica, eólica, solar, etc.) y el 37,68% fue de origen no renovable (quema de combustibles) en enero de este año, según el Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos.

Publicidad

A más de este plan, el titular del Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE), Walter García, afirma que el país accede a fondos internacionales para financiar proyectos con los que se busca enfrentar los efectos del cambio climático.

“Se han venido ejecutando proyectos con el apoyo de organismos multilaterales internacionales, para implementar acciones enfocadas a la mitigación y adaptación al cambio climático. Se presentaron propuestas al Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), Fondo de Adaptación y Fondo Verde Climático”, indica vía e-mail.

Según el funcionario, algunas de estas propuestas están enfocadas al manejo y cuidado de los recursos hídricos, soberanía alimentaria y gestión sostenible de bosques. “Muchos de estos proyectos han finalizado su fase de implementación como, por ejemplo, el Proyecto de Adaptación al Cambio Climático a través de una efectiva gobernabilidad del Agua en Ecuador (PACC) y el Proyecto de Adaptación al Impacto del Retroceso Acelerado de Glaciares en los Andes Tropicales (PRAA)”, señala.

Publicidad

Sin embargo, Inés Manzano, experta en legislación ambiental, considera que la construcción de las hidroeléctricas correspondió más a un tema de ahorro: “Se las hizo porque son más rentables, menos dependientes, fue por un tema más económico, pero está bien, que lo hagan”, expresa.

Los efectos del cambio climático

Publicidad

Además, apoya que las autoridades ambientales empiecen a implementar medidas para adaptarse a las consecuencias del calentamiento global: “Se debe enfatizar en la reforestación... y en la adaptación al cambio climático en las zonas de vulnerabilidad porque hay cosas que no se pueden revertir como la subida del nivel del mar y en esto deben trabajar tanto Gobierno nacional como los locales de forma coordinada”.

Un ejemplo de esta coordinación, según Manzano, es el plan sostenible que se aplica en la ciudad de Portoviejo, Manabí, desde mediados del 2016.

El Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible del Ecuador (Cemdes) planteó la reconstrucción de la capital manabita de forma sostenible. tras el terremoto del 16 de abril del año pasado: “Tuvimos una gran apertura por parte del alcalde, Agustín Casanova... Capacitamos a los empleados y funcionarios del Municipio en la aplicación de procesos de innovación”, señala Manzano.

Reconstrucción en Portoviejo

Publicidad

El ministro García asegura que el Gobierno también busca mejorar las relaciones con el sector privado porque tiene un rol fundamental en la lucha ambiental. “Es un actor importante en las emisiones de GEI, pero también es uno de los afectados por este fenómeno. Por eso, como MAE, siempre buscamos su participación en planes sobre el cambio climático porque el sector privado no puede acceder directamente a fondos internacionales sin trabajar conjuntamente con el Gobierno”, dice.

En 2014, el 83% de la demanda de energía provino de fuentes fósiles. Por ejemplo, el 31% de la energía consumida en el país fue en forma de diésel y el consumo de gasolinas representó el 28% del total de la energía demandada, mientras que el 14% del consumo correspondió a electricidad. La transportación basada en el uso de gasolina y diésel (combustibles fósiles) fue el principal demandante al representar el 42% del total, según el Balance Energético Nacional 2015, el último disponible.

Para Manzano, el Gobierno entrante deberá delinear una ruta clara y constante sobre la movilidad humana. “Se deben plantear la eficiencia del transporte público, hay que pensar en la electricidad. Hace seis años, el Gobierno saliente abrió las importaciones sin aranceles a todo transporte eléctrico, pero esto no duró mucho, entonces no hay apoyo constante para la adquisición de buses eléctricos e híbridos”, argumenta.

García dice que sí se toman acciones: “En 2013, Ecuador condujo un estudio de evaluación de necesidades tecnológicas y de capacidades y concluyó que uno de los sectores del país que más lo necesita es el de energía en especial en lo que se refiere a reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles, mejorar la eficiencia del transporte y de sus combustibles”.

Según el Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos, en el país se produce energía renovable no convencional (ERNC). Al 2014, la producción de bagazo de caña de azúcar fue de 3,6 millones de toneladas y de esto el 48% se utilizó para generación eléctrica. Además, junto a la melaza, se utiliza para la obtención de etanol (4 millones de galones) que forma parte de la gasolina ecopaís, que reemplazó a la tipo extra.

37,6% de la producción de energía de Ecuador provino de fuentes no renovables (quema de combustibles fósiles) a enero pasado. (I)