El huracán María, que ha dejado al menos dos muertos en su paso por el Caribe, azotaba esta madrugada a las Islas Vírgenes estadounidenses con vientos de 280 km/hora y se enfila hacia Puerto Rico, tras haber devastado Dominica y Guadalupe.

Oscilando entre las categorías 4 y 5 -el nivel máximo-, María progresaba en dirección oeste-noroeste, amenazando territorios que ya se vieron duramente golpeados por el huracán Irma hace dos semanas.

En su último boletín de anoche, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, con sede en Miami) colocaba a María a 45 kilómetros de Santa Cruz viajando a 17 km/hora.

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"Está muy violento e intenso ahora que estamos comenzando a experimentar los vientos fuertes", dijo Coral Megahy, una ingeniera de 31 años que se resguardaba en Santa Cruz, la isla que recibe el azote directo del ojo del huracán.

"Ahora mismo puedo escuchar los escombros golpeando las ventanas de aluminio", describió Megahy.

Las Islas Vírgenes estadounidenses se componen de tres islas mayores y una cadena de islotes y cayos.

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"Estoy aquí sentada, mirando pasar a María y preparándome para la peor tormenta de mi vida", dijo Judi Buckley, una exsenadora de la isla de Santa Cruz que actualmente vive en Estados Unidos y había viajado para ayudar en la recuperación de Irma.

En la isla francesa de Guadalupe, dos personas murieron y dos están desaparecidas tras el paso del huracán. Uno de los muertos fue víctima de la caída de un árbol.

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"No respetó las consignas de confinamiento", apuntaron las autoridades locales.

El otro fallecido cayó al mar, mientras que otras dos personas permanecían desaparecidas.

Lluvias torrenciales azotaron la isla y varias zonas quedaron sin electricidad.

Dominica, devastada y aislada

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En tanto, comienzan a emerger reportes de muerte y destrucción desde Dominica, que tiene todas las comunicaciones cortadas desde el azote de María con 260 km/hora la noche del lunes y adonde no han podido llegar equipos de rescate debido al mal clima.

Por ahora sólo se conoce el comentario del primer ministro Roosevelt Skerrit en Facebook, según quien los 70.000 habitantes de la isla perdieron "todo lo que el dinero puede comprar y reemplazar".

El viento "arrasó los techos de la vivienda de casi todas las personas con las que hablé o contacté de otra manera", agregó el mandatario en Facebook.

Fuera de este comentario, Dominica ha pasado toda la jornada del martes aislada del resto del mundo.

Los radioaficionados, sin embargo, están activos aportando información.

El operador radioaficionado Julian Antoine, de Ohio, dijo a la Radio Dominica Wice QFM -que comenzó a transmitir desde Texas después de la tormenta- que un usuario de la capital dominiquesa, Roseau, había reportado daños muy graves.

El peor del siglo

En Puerto Rico, la siguiente parada de María unos 3,5 millones de habitantes se apresuraban el martes a los comercios para comprar productos de primera necesidad y en proteger sus hogares y negocios lo mejor posible.

Se abrieron unos 500 refugios con capacidad para cerca de 67.000 personas para hacer frente a un huracán que "podría ser el peor del (último) siglo en Puerto Rico", según el gobernador de este territorio estadounidense, Ricardo Rossello Nevares.

María también debería pasar al sur de las costas de San Martín y San Bartolomé, devastadas por Irma el 6 de septiembre pasado, según el ministerio holandés de Defensa. Ambas islas están en alerta roja, según Météo France, la agencia meteorológica francesa.

Irma dejó alrededor de 40 muertos en el Caribe antes de golpear Florida, donde murieron al menos 58 personas.

Los gobiernos de Francia, Reino Unido y Holanda, criticados por no haber desplegado más medios antes y después del paso de Irma, se han movilizado.

Francia anunció el envío de 110 militares a Guadalupe y recordó que "unos 3.000" refuerzos ya están en la isla.

Tras el paso de Irma, el caos se apoderó de varias islas donde se registraron numerosos saqueos ante la respuesta tardía de las autoridades.

Desde la ONU en Nueva York, el presidente de Francia, Emmanuel Macron dijo que los devastadores huracanes "son una de las consecuencias directas del calentamiento global".

"Estas consecuencias nos permiten comprender plenamente que el calentamiento global no es una abstracción o un fenómeno que afectaría sólo a nuestros hijos y nietos. Son hoy consecuencias muy directas para nuestras poblaciones", subrayó Macron. (I)