La campaña de segunda vuelta para la elección de presidente empezó en Brasil y ya los dos candidatos recorren zonas y medios para buscar apoyos.

El ultraderechista Jair Bolsonaro, quien ganó la primera ronda con el 46 % de los votos, es el favorito y comienza a hacer énfasis en lo económico. “Reducir el número de ministerios, eliminar y privatizar (empresas) estatales, (...) descentralización del poder dando más fuerza económica a los estados y municipios”, proclamó en Twitter el candidato del Partido Social Liberal (PSL).

Bolsonaro también ya piensa en cómo gobernará y afirma que no habrá gente de ningún partido en su gabinete. Añadió que le gustaría designar a tecnócratas y varios generales en su gabinete, en un esfuerzo para despolitizar altos cargos del Gobierno y erradicar esquemas de corrupción expuestos en los últimos años.

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Sin embargo, sin altos cargos en el gabinete para los partidos aliados, Bolsonaro podría tener complicaciones para mantener el respaldo de un Congreso dividido entre 30 partidos.

Mientras, para Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), empezó una tarea titánica para lograr el apoyo de los demás candidatos de su tendencia y de todos los que llama “fuerza democrática”, con el propósito de aumentar su votación de la primera vuelta (29 %). (I)