Tras descansar en Tapachula, ciudad del sur de México, miles de migrantes centroamericanos reanudaron su marcha a EE.UU., pese a las nuevas amenazas del presidente Donald Trump a sus países de origen por no detener su caravana.

“Ahora comenzaremos a cortar, o reducir sustancialmente, la ayuda externa masiva que se les da habitualmente (a Guatemala, El Salvador y Honduras)”, indicó ayer Trump en Twitter.

Bajo un sol ardiente, la gran columna de migrantes –en su mayoría hondureños–, que partió hace más de una semana con menos de 200 migrantes, fue atrayendo más personas a su paso. La ONU estimó que la caravana está integrada por más de 7.200 personas, y la Organización Internacional para las Migraciones informó que un gran número de personas seguía llegando a México ayer.

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Anoche, este país permitió el ingreso de cientos de migrantes que permanecían en el puente fronterizo. Se les permitió el paso “porque la cancillería (mexicana) abogó para que no continuaran a la intemperie y sufriendo las inclemencias del clima”, dijo a la AFP el comisionado de Migración de ese país, Gerardo García.

Carlos García, hondureño de 28 años, contó que estaba cortando el césped de su padre cuando escuchó pasar la caravana. “Dejé las tijeras y todo allí en el suelo y me fui a juntar a la caravana con 500 lempiras (unos $ 20) en el bolsillo (...). Vamos a la tierra prometida”.

Su compatriota José Rivera, de 52 años, no tenía empleo en su natal San Pedro Sula. Cruzó a México en balsa el domingo y caminó hasta Tapachula desde Ciudad Hidalgo.

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“Cualquier cosa que nos pase, aunque me maten, es mejor que regresar a Honduras”, agregó.

Las autoridades de Guatemala indicaron ayer que otro grupo de aproximadamente 1.000 migrantes había ingresado desde Honduras.

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El presidente electo de México, Andrés López Obrador, sugirió que EE.UU., Canadá y su país elaboren un plan conjunto para financiar el desarrollo en las áreas pobres de América Central y el sur de México.

“No queremos acciones temporales porque si no se atiende el problema de fondo, la gente siempre va a buscar la posibilidad de mejorar”, expresó López, quien asumirá el cargo el 1 de diciembre.

Esta caravana es la más masiva que se ha visto. A lo largo del viaje los migrantes han dicho que huyen de la violencia, la pobreza y la corrupción generalizadas en Honduras.

El trayecto por México puede tomarles un mes, según Rodrigo Abeja, activista de la organización Pueblos Sin Frontera que ha acompañado a varias caravanas.

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Sin documentos, los migrantes quedan a la merced de traficantes que los secuestran o buscan reclutarlos. (I)