A 10 minutos de Sigchos, siguiendo la vía que conduce a la laguna del Quilotoa, se dibuja la hostería San José, sembrada en una hondonada en medio de pastizales y grandes árboles. Ahí, donde el viento esparce olor a eucalipto, pino, guaba, chilguacán y plantas medicinales está la planta que agrega valor a los chochos.