Siguieron una negociación de base de coca con un capo en Cali, Colombia, que reveló su ubicación exacta. También interceptaron más de 120 líneas telefónicas; encontraron y vigilaron 16 puntos que frecuentaba y lograron infiltrar a 15 personas que pudieron llegar a sus escondites y detectaron sus rutas de escape en zonas rurales de Tumaco y en poblaciones fronterizas con Ecuador.