La supuesta amenaza contra la vida del exvicepresidente Jorge Glas por parte de presuntos presos usando un video difundido por redes sociales y hechos de violencia en ciertos centros de Rehabilitación Social (CRS), los cuales en algunos casos han terminado con la muerte de internos, preocupan a defensores y familiares de exfuncionarios públicos que están en cárceles del país pagando condenas o siendo investigados por hechos de corrupción.

Actualmente la sensación de inseguridad dentro de los CRS del país es alta en la población penitenciaria, pero abogados como César García, defensor del exministro de Inclusión Económica y Social Iván Espinel, creen que esta inseguridad se incrementa en el caso de “actores políticos” como su cliente, o Carlos Pareja Yannuzzelli, exministro de Hidrocarburos; el exvicepresidente Glas; el exsecretario jurídico de la Presidencia Alexis Mera o el exfuncionario petrolero Álex Bravo.

García confirma que Espinel, quien fue sentenciado a diez años de cárcel por lavado de activos, no ha recibido amenazas directas, pero advierte que convive en medio de peligros permanentes.

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Según él, Espinel, al estar en el área de máxima especial, habría estado cerca de donde ocurrió uno de los asesinatos en el CRS del Guayas.

Harrison Salcedo, abogado de Glas, dice que perfiles como el de su cliente se vuelven apetecibles como “rehén político” para presos que buscan llamar la atención de las autoridades. Los riesgos se incrementarían, dice, cuando se los ubicara en zonas que no brindan seguridades para evitar atentados.

Glas permanece en el área de transitorio del CRS de Cotopaxi, en donde, cuenta Salcedo, hay un guía penitenciario y un policía que hace turnos de relevo –todos desarmados– para resguardar a entre 30 y 45 personas. Al menos ocho amenazas a través de guías, de forma personal o a través de su celda en los últimos tres meses, habría recibido Glas, dice Salcedo.

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EL UNIVERSO solicitó una entrevista con el general (sp) Edmundo Moncayo, director del Servicio Nacional de Atención a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores del Ecuador, pero se nos respondió que la semana pasada la agenda estaba copada y que podría realizarse en el transcurso de la siguiente.

Tanto Espinel como Glas han pedido un traslado a las autoridades. Glas una vez más intenta ser llevado a la Cárcel 4 de Quito, mientras que Espinel solo pretende que se lo reubique en otra ala menos peligrosa del CRS de Guayas.

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Quien no pidió cambio, pero fue trasladado por seguridad del CRS Cotopaxi al CRS Ambato fue Pareja Yannuzzelli. Su abogado, Miguel Revelo, dice desconocer las razones del cambio y asegura que en el nuevo centro no existen las garantías de seguridad para su cliente, más aún cuando sería un testigo protegido en el caso Petrochina.

Revelo cree que las condiciones de inseguridad para su cliente existieron desde el momento que fue llevado a Cotopaxi. Para él la información que posee su defendido es lo que lo vuelve una persona de riesgo y es lo que deberían tomar en cuenta las autoridades para ubicarlo en una zona segura.

Pese a que no ha recibido amenazas en el CRS Turi, de Cuenca, el abogado de Bravo, Diego Velasco, analiza constantemente el tema de seguridad de su defendido, pues dice que los niveles de riesgo están subiendo para todos los internos. La semana pasada fue la última vez que Velasco visitó a Bravo para revisar su situación.

Velasco opina que por ser quien es su defendido los riesgos de atentados, extorsiones u otro tipo de hechos van a estar ahí permanentemente.

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Fausto Jarrín, abogado de Mera, también confirma que su defendido no ha recibido amenazas o maltratos dentro de la celda que comparte con otras dos personas en la Cárcel 4, en la capital.

Él cree que eso responde a que las circunstancias de inseguridad de otros CRS son diametralmente opuestas a las de la Cárcel 4, donde normalmente los internos son policías, expolicías o exfuncionarios públicos y no hay una situación de guerra de bandos o cosas así.

Jarrín adelantó que se opondrán a cualquier traslado si llega a darse. “Espero que el Gobierno después de la barbaridad que cometió con Jorge Glas no vaya a cometer una arbitrariedad como esa”, concluyó.(I)