Angelita Carabajo es una mujer de 76 años de edad que se quedó en la calle en un abrir y cerrar de ojos. La casa que compró con el dinero producto de su trabajo como sirvienta le fue arrebatada en un dudoso acto jurídico en el que está involucrado un sacerdote católico.

La tarde de este martes en la sala 102 del Complejo Judicial del Azuay se desarrolló una audiencia en la que se planteó una acción de protección al sacerdote, un exnotario y dos personas particulares por considerar que los derechos constitucionales de esta mujer que vive en la parroquia rural Sinincay le fueron vulnerados.

En la audiencia se conoció que en mayo del 2013 Angelita acudió donde el sacerdote Ángel L. B. para contarle que por su discapacidad necesitaba alguien que le ayude con la casa. En inicio el cura accedió, pero al poco tiempo la habría llevado con engaños a una notaría donde ella vendió su predio por $9000. El trámite celebrado ante el entonces Notario décimo de Cuenca no se hizo a favor del sacerdote sino de una tercera persona.

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La abogada Ericka Peralta patrocinó gratuitamente a Angelita; explicó que la mujer fue despojada de su casa en la parroquia rural en base a engaños, pues quienes se beneficiaron de la compra sabían que tenía discapacidad física y además como una ferviente creyente de la religión católica confiaba ciegamente en el sacerdote.

Según la jurista se vulneraron los derechos constitucionales a la propiedad, a la vida digna y a la vivienda.

En la audiencia también se expusieron fotografías del lugar donde hoy vive la anciana mujer. Es una covacha de madera en donde no hay servicios básicos, está lleno de basura y para descansar utiliza una cama de ladrillos con un colchón viejo.

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En este contexto pidió una reparación integral a favor de la señora que llegó vestida con una pollera verde y cuando escuchaba los testimonios lloraba.

Esta referencia la confirmaron los testigos citados por la defensa. Una de ellas María Sinchi, quien aseguró bajo juramento que acogió durante un año a su vecina por pedido del cura de carisma salesiano.

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Desde entonces su vida ha sido un auténtico drama, dijo también Julia Guamán, quien aseguró que desde el 2013 hasta la actualidad la mujer vive de la caridad porque “le dejaron como una criatura”.

En defensa del sacerdote participó el abogado Esteban Orellana, quien aunque reconoció que hubo un acto comercial legal, dijo el nombre de su cliente no consta en los documentos. Recordó que años atrás la Fiscalía ya desechó una investigación por presunta estafa por lo qué el caso ya está solventado, además que al ser un tema de bienes materiales debía decidirse en un área civil y no constitucional.

En 2016 Angelita inició una primera demanda para recuperar su vivienda, pero que no avanzó porque no tenía dinero para pagar un abogado.

Por la amplia cantidad de pruebas, pero también por su agenda de trabajo el Tribunal Constitucional conformado por Patricia Inga, Pedro Ordoñez y Carlos Tamariz, darán a conocer su fallo a las 15:30 de este viernes. (I)

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