Como en otras ciudades del mundo, en Mar del Plata, en Argentina, también los animales comienzan a desplazarse por espacios donde antes no lo hubiesen hecho. El aislamiento social, preventivo y obligatorio, sacó a los seres humanos de las calles, y la fauna aprovecha esos lugares sin límites.

Es por ejemplo el caso de los lobos marinos que son parte de la tradicional postal del puerto de Mar del Plata. Sin flashes que los molesten, ni turistas deseosos de llevarse esa foto, se mueven con su parsimonia habitual, indica el portal Infobae.

A metros de la banquina donde se encuentran las históricas lanchitas amarillas que dan color a los recuerdos de cada turista que transita por ahí, también está la Lobería, donde solo lobos machos conforman la Reserva Faunística en el puerto.

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Días atrás, otro animal llamó la atención de los vecinos del barrio Constitución: un pavo real recorrió las veredas y sorprendió a quienes cumplían con la cuarentena obligatoria en sus casas, que lo miraban desde la ventana.

Durante estos días, el animal fue visto mientras “violaba la cuarentena” en Parque Luro, Constitución, y hasta en Los Pinares. Incluso el año pasado también fue visto los barrios del norte de la ciudad, aunque esta vez encontró las calles vacías por el aislamiento obligatorio.

Además, en Puerto Pirámides, ante la ausencia de turismo, se vio a un par de guanacos, muy cerca del lugar donde se avistan las ballenas francas cada temporada. Son animales muy tímidos, que huyen ante la mínima presencia del ser humano. (I)