La viceprefecta del Guayas, Susana González Rosado, está cerca de cumplir quince años de militancia en el Partido Social Cristiano (PSC). De ser lo que ellos llaman internamente “dirigente gremial” o un ‘enlace’ entre la agrupación política y fundaciones, oenegés y cámaras, ahora es vicepresidenta provincial del partido y asumirá la Prefectura tras la inesperada muerte de Carlos Luis Morales. Aunque ya se tramitaba la destitución de este por las denuncias de supuesta corrupción en contratos públicos.

El artículo 52 del Código de Organización Territorial (Cootad) señala que la viceprefecta asumirá la Prefectura en caso de ausencia definitiva del titular hasta el final del periodo, es decir, por tres años más. Mañana irá al despacho luego de los tres días de luto que declaró en honor a Morales.

Un cargo que, según algunos de sus coidearios, debió ser suyo desde antes; su nombre fue uno de los que se plantearon para la candidatura a la Prefectura, pero las encuestas le eran favorables a Morales. Así que el líder del partido, el exalcalde Jaime Nebot, se inclinó por el exfutbolista y ella aceptó ser su compañera de fórmula, anteponiendo su lealtad a sus aspiraciones políticas.

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Ese es uno de los rasgos de su personalidad que destacan dirigentes como el asambleísta Vicente Almeida, quien cuenta que la conoció cuando recién llegó al partido en el 2007. Antes ella estaba dedicada a la asesoría y fue viceministra de Comercio Exterior en el gobierno de Alfredo Palacio.

Almeida indica que González integraba un grupo de asesores del entonces alcalde Nebot encargado de gestiones variadas; una de ellas fue organizar seminarios de capacitación para el bloque de asambleístas constituyentes.

En una de esas reuniones, en el 2008, conoció al consultor español Antonio Sola, con quien se casó cuatro años después en una fiesta en el Palacio de Cristal en Guayaquil. Nebot ofició la ceremonia civil.

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Su dinamismo y su espíritu “campañero”, que resaltan sus allegados, hicieron que fuera mocionada como candidata a legisladora del PSC para el periodo 2008-2013, y ganó.

El legislador Henry Cucalón, que entonces era concejal de Guayaquil, recuerda que ella y Andrés Roche “abanderaron” la tesis de las autonomías del PSC en el debate del Cootad.

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En esa época empezó a tener más contacto con su colega de bloque y actual alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri.

En el 2013 se postuló para la reelección, aunque no alcanzó los votos. Pero al año siguiente fue elegida concejal.

En el 2016 se sumó al buró de la segunda campaña presidencial de Viteri. Ella era coordinadora y su esposo, el estratega principal.

Pero también se convirtió en una de sus amigas más cercanas. Incluso estuvo en el grupo de militantes socialcristianos que viajó a Venezuela con la aspirante presidencial para visitar al líder de la oposición Leopoldo López en la cárcel de Ramo Verde, y que fue retenido por la policía de ese país.

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Ahí González “demostró su temple”. No tuvo miedo pese a las amenazas, dice Cucalón, también parte de la comitiva.

Ya como viceprefecta se ha dedicado a impulsar el turismo en la provincia. Hace su trabajo visible a través de las redes sociales. Una publicación en TikTok causó revuelo porque imitaba al personaje Nairobi de la serie La casa de papel diciendo: “A partir de ahora estoy al mando yo. Empieza el matriarcado”; esto se asoció con los pedidos de destitución de Morales. Pero esa broma fue hecha meses antes.

Susana, o Sussy como la conocen sus amigos, estudió Periodismo en la Universidad Vicente Rocafuerte y Ciencias Internacionales en la Universidad de Guayaquil.

En las aulas de la Laica la conoció el ahora concejal socialcristiano Jorge Rodríguez, quien la recuerda como una mujer alegre y espontánea, y que fue hasta actriz en una serie sobre la vida del Ruiseñor de América Julio Jaramillo en la que personificó a una de sus primeras novias.

El también concejal Luis Almeida la describe como una persona “ambiciosa”, pero no en mal plan, sino en el sentido de que siempre luchó por sus metas dentro del partido.

Esto lo confirma Vicente Almeida: “A Susana nadie le ha regalado nada, todo se lo ha ganado a pulso”. (I)