Que los cinco mil estudiantes que cursan trece carreras de ingenierías se educan bajo altos estándares internacionales y sus programas evidencian un proceso de mejora continua en el que los graduados se capacitan para cumplir con las exigencias reales de la empresa.

Esas son parte de las conclusiones de la rectora de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), Cecilia Paredes, al referirse a la reciente acreditación ABET conferida a esta institución de educación superior pública, que acoge a 10 000 estudiantes de Guayaquil y otras localidades.

“Significa que lo público puede ser excelente, porque significa una educación pública con calidad internacional. Hay un descrédito, muchas veces, a la educación y esto es la evidencia de que lo público se hace con excelencia”, reflexiona la rectora, al resaltar el cumplimiento de los siete parámetros que se evaluaron tras dos fases de riguroso análisis de la calidad politécnica.

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ABET es una organización que acredita programas de ingeniería, tecnología, computación y ciencias aplicadas en institutos del mundo. Este año, los evaluadores internacionales aprobaron la certificación en trece carreras (por seis años) que albergan a la mitad de la población estudiantil. Estas son las ingenierías de Geología, Alimentos, Electrónica y Automatización, Minas, Telecomunicaciones, Telemática y Oceanografía. Además se otorgó una nueva acreditación a las carreras de Computación y Ingeniería Mecánica, certificadas el 2012. Asimismo, las ingenierías Industrial, Civil, Electricidad y Naval, avaladas hace cinco años, también recibieron un nuevo aval internacional.

Así, la universidad guayaquileña es la institución ecuatoriana con mayor número de carreras acreditadas por ABET, según sus autoridades. Dentro de la evaluación se tomaron aspectos clasificados en criterios del programa (calidad del profesional politécnico), objetivos educacionales de las carreras (alineación de profesiones con necesidades nacionales e internacionales) y evaluación del mejoramiento continuo de la calidad.

Otros contenidos que se analizaron estuvieron relacionados con la malla curricular de las carreras, equipo de docentes, instalaciones (laboratorios, recursos informáticos, bibliotecas...) y el soporte institucional (presupuesto y apoyo de carreras).

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Paredes considera que estas acreditaciones se deben al trabajo conjunto realizado desde hace varios años en relación con la revisión de las mallas curriculares, en las que ya se incluyeron estos indicadores dentro del diseño de cada uno de sus programas.

Sobre el último proceso ABET, Paredes cuenta que tuvo dos partes. Inicialmente, la Espol realizó un autoestudio que documentó cada área del modelo. Una vez sustentado el alcance del cumplimiento de los parámetros, los acreditadores siguieron diversas instancias, incluyendo la llegada de un equipo que visitó el campus en noviembre pasado durante cuatro días, en los que tuvo reuniones con graduados, docentes, comités consultivos y más personal.

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Tras aquel recorrido in situ de cuatro días, finalmente, la Espol logró que el mes pasado se la acredite en un total de trece carreras de ocho facultades. “Había cosas específicas de cada carrera que hemos tenido que hacer una inversión, evidentemente, todos estos años para poder respaldar nuestras acreditaciones; si hubiéramos tenido el dinero cumplíamos con todas de una vez”, añade, al referirse que, por ejemplo, se inauguró en el 2018 un laboratorio de automatización industrial en la ingeniería de esa rama, con equipos de última tecnología.

La Espol mantiene su siguiente meta de seguir trabajando en la certificación de otras 19 carreras de las ingenierías, ya que también potencian oportunidades de los politécnicos en el área laboral y académica. En paralelo, tres carreras de comunicación buscan otras certificaciones. (I) (I)