Cómo hacer frente a una economía en crisis, principalmente por la pandemia de coronavirus, es un objetivo que buscan países, organizaciones y empresas en todo el mundo.

En ese camino va también el Foro Económico Mundial (FEM), que presentó su "Reporte de Competitividad Global" anual, con la diferencia que este año no hizo una clasificación, sino que fue una edición especial en el que estudió qué cosas se deberían hacer para pasar la crisis actual, que en muchos casos se gestó desde antes de la pandemia.

En Ecuador la Espae -Escuela de Negocios de la Espol-, que es partnership del informe, hizo un análisis para aterrizar estos resultados y estrategias a la realidad del país.

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La economista Sara Wong, quien dirige el centro de estudio de Asia-Pacífico de la Espae, fue quien se encargó de aterrizar estas directrices.

La experta empezó comentando que esto no es más que el mapeo de una ruta para empezar con la recuperación. Además de que la situación actual es una oportunidad para reinventar los sistemas socioeconómicos y establecer una nueva normalidad de más oportunidades.

Menciona como seis elementos importantes para la recuperación y crecimiento la orientación al futuro que debe tener el gobierno, los nuevo enfoques en infraestructuras, aplicar una rápida adopción de lo digital, mejor gestión de la deuda pública y una política monetaria sostenible, competencias y mercados laborales para una rápida redistribución del talento, y promover un ecosistema de innovación.

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De acuerdo con el reporte, el escenario provocado por la pandemia tiene una gran afectación económica sin precedentes, que también ha aumentado las desigualdades.

Se espera que la caída del Producto Interno Bruto (PIB) mundial caiga un 4,4 a nivel mundial, un 8,1 Latinoamérica y en el caso particular de Ecuador en 11 puntos. Sin embargo, estas previsiones están calculadas hasta octubre, por lo que podrían variar. A esto se suma que hay organizaciones que ven como otros factores de afectación el riesgo de guerras comerciales, desaceleración del comercio entre países. Incluso las remesas terminarán el año con una -19,7%, lo que representan alrededor de 109.000 millones de dólares, según el Banco Mundial.

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Recién a mediano plazo las economías avanzadas y emergentes progresarán modestamente.

Para Wong hay mercados que sufrirán una gran contracción como es el caso del turismo, además de que los gobiernos buscan deuda para financiarse, pero esto no detendrá que se presenten déficits fiscales más grandes

La pandemia le costaría al mundo entre 8.100 y 15.8000 millones de dólares, según cálculos de expertos.

"En este contexto la competitividad importa, e importa más que nunca, pero no como la conocemos... ahora requerimos un camino diferente de crecimiento. La vida como la hemos vivido antes de la pandemia no es una opción", comenta Wong, quien añade que el FEM propone adoptar un enfoque holístico y establecer sinergias.

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Con ese fin se deben buscar restaurar los fundamentos de los sistemas económicos, identificar nuevas fuentes de crecimientos y adoptar políticas de incentivos para tener un proceso de crecimiento que integre inclusión y sostenibilidad.

También se menciona que la pandemia podría cambiar el lugar de trabajo de forma permanente por lo que las empresas deben construir resiliencia.

Además de que una vacunación segura y efectiva, así como el avance de las energías renovables ayudarán en la recuperación.

De igual manera la competitividad importa cada vez más, por lo que se debe tener una agenda clara y de resultados concretos. Para ello, se podría aprovechar el comercio de servicios, que da oportunidad al emprendimiento y a la innovación.

Sara Wong de la Espae.

Wong aclara que el análisis de tendencias y recomendaciones de políticas que hace el FEM muestra tres horizontes: los 12 años pasados hasta la pandemia, de los que se debe observar la evolución y los factores de prosperidad sostenible e inclusiva; lo que viene entre los 2 y 3 próximos años para establecer las prioridades de la reactivación; y pensar que en 4 y 5 años las prioridades deben estar destinadas a la transformación.

Estas recomendaciones se hicieron analizando la situación de 37 países, entre las que no está Ecuador, que puede aprovechar la información para definir cuáles son las tareas que le faltan para empezar ese camino hacia la transformación.

Índice para estar listos

El FEM también ha definido 11 prioridades para estar listos antes este y otros escenarios similares.

Esta lista incluye cuatro sectores o fases. En la primera (entorno apto) están trabajo para fortalecer instituciones, TICs y medidas impositivas; en la segunda (Capital humano) está la educación, trabajos y habilidades y la salud; tercero los mercados financieros, de productos y servicios e internacionales; y cuarto un ecosistema innovador en el que sea posible la diversidad, equidad e inclusión, así como la inversión en investigación y desarrollo.

Este índice trata de medir hasta qué punto un país está listo para la transformación de su economía.

Visión de los empresarios

En la percepción del impacto de la pandemia, según consultas a empresarios en economías avanzadas y en vía de desarrollo estaba entre los más negativo la competencia en servicios de red (en el caso de los primeros) y el costo comercial del crimen y la violencia (para los segundos).

Pero también habían cosas positivas. Para los de economías avanzadas estaba en este grupo la capacidad de respuesta de los gobiernos al cambio, y para los de economías emergentes estaba la colaboración dentro de una empresa.

Los empresarios consultados (incluyendo de Ecuador) también hablaron de factores que ayudaron a resistir el momento: la digitalización económica y competencias digitales, redes de seguridad y solidez financiera, gobernanza y planificación, sistema de salud y capacidad investigadora.

Otro punto que se aborda es promover la colaboración entre las empresas y la academia (universidades).

Voces desde Ecuador

Desde arriba: Caterina Costa y Daniel Legarda.

Caterina Costa, presidenta del Comité Empresarial Ecuatoriano, menciona que la pandemia aumentaron la herida que ya estaba por las falencias en el desempeño de la producción.

Para Costa uno de los factores que viene arrastrando desde hace mucho tiempo el Ecuador es el exceso de normativas, muchas veces secundarias, que no dan la seguridad jurídica que se necesita para que el sector empresarial tenga la tranquilidad de desarrollarse a mediano y largo plazo.

En el caso del inicio de la llamada cuarta revolución industrial, según la Cámara de Industria, que también preside Costa, en el país había un retraso de cinco años en ese camino y con la pandemia se tuvo que acelerar al máximo en máximo y se han presentado retos, incluyendo las normativas laborales, las cuales le parecen anticuadas y que no corresponden a las necesidades actuales.

En tanto, Daniel Legarda, viceministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca de Ecuador, indicó que un entorno complicado como el que se vive las prioridades se vuelven más cerradas. Además de que buscan con políticas que el sector económico pueda mantener los activos necesarios para que el futuro cercano puedan ayudar a la recuperación del país.

Legarda dice que la ley para la recuperación económica ayudó a amortiguar la pérdida de empleos y hace falta crear formas para recuperar los empleos.

También menciona que se debería abordar nuevas normativas sobre empleo para que se pueda no solo corregir problemas estructurales sino proyectarse al futuro para adaptarse a las nuevas necesidades.

Legarda comentó que entre las oportunidades que se han visto durante la pandemia están las exportaciones, pues Ecuador aumentó un 10% las exportaciones no petroleras hasta octubre. (I)