Este lunes los militares volvieron a tomar el control de Birmania tras una corta etapa tras las elecciones en las que aún así los uniformados mantenían una gran influencia en las decisiones.

El ejército ha dicho que el golpe era supuestamente necesario para preservar la estabilidad. Además tras declarar un año de emergencia prometieron en un comunicado en Facebook celebrar elecciones "libres y justas" al término del mismo.

El parlamento de Birmania tenía previsto celebrar hoy la primera sesión de la legislatura tras las elecciones de noviembre de 2020, cuando la Liga Nacional para la Democracia (LND), formación de Suu Kyi, consiguió una aplastante victoria con el 83% de los 476 escaños del parlamento

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¿Qué argumentan los jefes del ejército?

Los militares acusan a la comisión electoral de no haber subsanado las "enormes irregularidades" que se produjeron, según ellos, durante las legislativas de noviembre, que ganó por amplia mayoría el partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (LND), en el poder desde las elecciones de 2015.

El ejército afirmaba haber descubierto 10 millones de casos de fraude electoral y haber pedido a la comisión electoral que publique las listas electorales para verificarlas, lo que esta no ha hecho.

Los temores aumentaron cuando el jefe del ejército, el general Min Aung Hlaing, declaró que la Constitución podría ser "revocada" bajo ciertas circunstancias.

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¿Qué pasó con los políticos a cargo del país?

Aung San Suu Kyi -a quien llaman la jefa de facto del país porque su partido gobierna- así como el presidente de la República, Win Myint, y otros responsables del partido fueron detenidos en Naypyidaw, la capital, dijo Myo Nyunt, portavoz de la formación, horas antes de que Parlamento formado tras las últimas elecciones iniciara su primera sesión.

Por la noche, la televisión estatal anunció la destitución de 24 ministros de Aung San Suu Kyi y 11 nombramientos, incluyendo el del exministro de Relaciones Exteriores Wunna Maung Lwin, que ejerció durante el mandato del exgeneral Thein Sein (2011-2016).

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El ejército anunció que el exgeneral Myint Swe, quien dirigía el poderoso comando militar de Rangún y actual vicepresidente de Birmania, se convierte en presidente interino por un año, un cargo principalmente honorífico.

El control "legislativo, administrativo y judicial" recae en Min Aung Hlaing, que ahora concentra casi todos los poderes.

Reacción internacional en contra del golpe

El golpe de Estado suscitó una avalancha de condenas internacionales. Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea denunciaron de inmediato el golpe, mientras China se limitó a pedir a las partes implicadas "solucionar sus diferendos".

Por su parte el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, "condenó firmemente" la detención de Aung San Suu Kyi. "Estos hechos asestan un duro golpe a las reformas democráticas en Birmania", agregó.

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Además, una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Birmania, prevista desde hacía tiempo, podría adelantarse a esta semana, indicó un diplomático que pidió el anonimato.

La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó hoy su preocupación por la situación, pidió solidaridad internacional con ese país, e informó de que al menos 45 personas, entre ellos varios parlamentarios, han sido detenidos.

Antecedentes de una dictadura que no acaba

Birmania salió hace apenas diez años de un régimen militar que dirigió el país durante casi medio siglo. Los dos últimos golpes de Estado desde la independencia del país en 1948 se remontan a 1962 y 1988.

En 2015 la LND ganó por amplia mayoría, pero se vio obligada a compartir el poder con el ejército, que controla tres ministerios claves (Interior, Defensa y Fronteras).

Una controversial líder rechazada por los militares

El partido de Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz de 1991, muy criticada por su gestión de la crisis de los musulmanes rohinyás pero aún venerada por buena parte de la población, obtuvo una aplastante victoria en noviembre.

En 2015 la LND ganó por amplia mayoría, pero se vio obligada a compartir el poder con el ejército, que controla tres ministerios claves (Interior, Defensa y Fronteras).

Exiliada durante mucho tiempo en el Reino Undio, Aung San Suu Kyi, de 75 años, regresó a Birmania en 1988, convirtiéndose en la figura de la oposición frente a la dictadura militar.

Pasó 15 años bajo arresto domiciliario antes de ser liberada por el ejército en 2010.

Los militares tienen un gran poder

La Constitución actual fue redactada en 2008 por la junta militar, antes de ceder progresivamente el poder a los civiles tres años después.

Concede al ejército el control de tres ministerios importantes: Interior, Defensa y Asuntos Fronterizos, lo que garantiza que la institución siga influyendo en la política birmana.

El gobierno de Aung San Suu Kyi ha intentado enmendarlo desde que ganó las elecciones de 2015, pero sin demasiado éxito.

El texto también contiene un artículo que prohíbe a los ciudadanos casados con extranjeros convertirse en presidente, lo que, según los analistas, se escribió para impedir que Aung San Suu Kyi, casada con un británico, ocupara el cargo.

La "Dama de Rangún" asume el papel de "consejera de Estado", un cargo desde el que dirige de facto el gobierno.

El ejército hizo todo lo posible para impedir la llegada al poder de la nobel pero no había previsto este "fallo", según el politólogo Soe Myint Aung. Los militares están muy descontentos "de haber perdido un control significativo sobre el proceso político", declaró. (I)